domingo, 28 de julio de 2013

Bendecir a Dios - Salmo 103

Juan Carlos Espino

"Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
4 El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
5 El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
6 Jehová es el que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia.
7 Sus caminos notificó a Moisés,
Y a los hijos de Israel sus obras.
8 Misericordioso y clemente es Jehová;
Lento para la ira, y grande en misericordia.
9 No contenderá para siempre,
Ni para siempre guardará el enojo.
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
12 Cuanto está lejos el oriente del occidente,
Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
13 Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
14 Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,
16 Que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.
17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,
Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
18 Sobre los que guardan su pacto,
Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
19 Jehová estableció en los cielos su trono,
Y su reino domina sobre todos.
20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,
Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
Obedeciendo a la voz de su precepto.
21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos,
Ministros suyos, que hacéis su voluntad.
22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,
En todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová." Salmo 103

domingo, 21 de julio de 2013

Quiénes Somos - Mateo 5:13-16

Rev. Ian Fitzpatrick
Superintendente del Distrito Central de la Iglesia del Nazareno

"Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud,sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."

domingo, 14 de julio de 2013

Jesús, la Vid Verdadera - Juan 15:1-8

Pastora Belkis Fernández

Jesús emplea la imagen de una planta de uva, junto con sus ramas; para ilustrar la relación de él con sus seguidores.   Producimos frutos si estamos unidos y permanecemos en él.  Es una  relación de   dependencia y de amor. Si permanecemos en Jesús y en su Palabra, entonces el responderá  nuestras peticiones.

Observación:

  • Jesús es la vid, es el que produce la savia que alimenta la planta entera
  • El Padre es el labrador
  • Las ramas que llevan frutos  son las que permanecen, serán limpiadas y cortadas para que den más frutos
  • Las ramas que no llevan frutos son las que no permanecen y serán arrancadas, secadas y quemadas. 
  • La Palabra de Dios (Logos) ya nos ha limpiado y nos hace permanecer en él.


¿Qué impide permanecer en Jesús? Entre las cosas que impiden podemos señalar:

  • El  hacer nuestra voluntad,  priorizamos lo nuestro y no lo de Dios,  el afán,  el entretenimiento,  las tantas ocupaciones, tiempo de disfrute, lo que considero que necesito.
  • El individualismo y el egocentrismo.
  • El no perdonar ni querer reconciliarnos
  • La autosuficiencia es un problema, lo que tenemos es por nuestro esfuerzo


Cuando permanecemos en Jesús,  el Padre nos cuida porque nos ama. El  Espíritu Santo vive en nosotros y nos conduce a depender de  Jesús. Hay momentos en que Jesús nos poda, nos limpia para que demos más frutos. Estos son procesos que ocurren para Dios glorificarse y  hacernos sus discípulos. Una vida sin Cristo, es una vida seca,  sin esperanza, sin vida y con el destino final de ir al infierno. La permanencia en Cristo, nos encamina hacia la vida eterna.

domingo, 7 de julio de 2013

Tarde o temprano tu voluntad estará sujeta a otros - Juan 21:18

Pastora Belkis Fernandez

Si entendemos el ciclo de nuestras vidas,  entonces tomaremos medidas rápidas para actuar con madurez espiritual, ya que tarde o temprano tu voluntad estará sujeta a otros. No hay dudas de los cambios físicos que traen los años, de ahí que Jesús observa lo siguiente:
• Una persona joven puede valerse y andar por sí mismo
• La vejez nos lleva a que otros nos ayuden a vestir
• La vejez nos hace depender de otros
• Vendrán años que comerás  lo que te den, vestirás como no quieras vestir y tendrá que depender de otros.

Veamos  parte del dialogo entre el apóstol Pedro y Jesús: De veras te aseguro que cuando eras más joven te vestías tú mismo e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos y otro te vestirá y te llevará adonde no quieras ir. Juan 21:18

En la vida esto va a ocurrir,  ya no vamos hacer lo que queremos hacer, no vamos a comer como uno quisiera comer, ni a vestir como le gustaría a uno vestir, de manera que es mejor aplicar esta figura para no convertirnos en hijos e hijas desobedientes. Demos a Dios lo que es de Dios y aprendamos a rendir nuestra voluntad a Cristo. Deja que el Espíritu Santo te conduzca, te lleve de la mano, te alimente, te vista de toda la armadura de Dios. Deja de hacer lo que quieras, pues es mejor que entiendas ahora y no luego, pues es más  fácil concluir nuestras vidas con Cristo que concluirla bajo amargura y desobediencia. Literalmente, Jesús le anticipo a Pedro que iba a morir de una manera dolorosa; hoy habla Jesús a nosotros y nos dice, aunque te cueste, aprende a morir a hacer tu voluntad, ya es tiempo de morir a todo lo que pueda alejarte de la presencia del Señor en tu vida.