domingo, 29 de mayo de 2016

¿Quién soy yo?

Lectura: Éxodo 3:9-14

Pastora Belkis Fernández 

La victoria depende si Dios está con nosotros y no de ¿Quién soy yo? Moisés huyó al desierto y el Señor lo llamó para liberar a su pueblo de la esclavitud de los egipcios, y  él le respondió, ¿Quién soy yo?  Dios también llamó a Gedeón y este dijo lo mismo, ¿quién soy yo?

Escenario: Ya Dios había visto el sufrimiento y el clamor de su pueblo (Éxodo 3:9)

Diálogo Moisés y el Señor:
El Señor: Vete a Egipto y liberta a tu pueblo. Éxodo 3:10 
Moisés: ¿Quién soy yo? Éxodo 3: 11
El Señor: Ve, porque Yo estaré contigo. Te daré señales y me servirás en este monte (v.12)
Moisés: Si me preguntan quién eres tú, ¿Qué le responderé?
El Señor: Yo soy el que Soy, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Ve reúna a mi gente.
Problema: El rey de Egipto no le iba a dejar ir sino por mano fuerte. (Éxodo 3:19-20)
Estrategia planeada por Dios: Pondré gracia ante los ojos de los egipcios, para que no se vayan con las manos vacías. Se llevarán plata, oro, vestidos, entre otras cosas, para sus hijos/as (Éxodo 3:22).

Excusa de Moisés:

1. No me oirán, ni me creerán (Éxodo 4:1-8)
2. No se hablar y soy torpe de lengua (Éxodo 4:10)

¿Qué aplicación tenemos para este mensaje?

• Asegúrate de su gracia, que Dios esté contigo y no en quien tú eres. Dios te dará señales.
• Entiende los procesos. El Señor sabe lo que estás haciendo.
• El bienestar familiar está en el corazón de Dios para nuestros hijos/as 
• La duda te impide ver el plan completo. (Éxodo 5:22)
• Dios nos liberta, nos sana y siempre cumple sus promesas si le somos fieles
• Te usará para que tú seas el instrumento de liberar a otros


domingo, 22 de mayo de 2016

El Mensaje de Azarías

Lectura: II Crónicas 15:1-7

Pastor Pedro Julio Fernández 

La palabra de Dios vino después de la victoria sobre los enemigos porque el pueblo clamó a Dios pidiendo ayuda.

Mas de un millón de enemigos se levantaron contra Asa y el pueblo de Israel y el rey pidió ayuda a Dios diciendo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra esa gran muchedumbre. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre 2 Crónicas 14:11).

Después de la victoria, Dios envió al profeta Azarías para que le diga al rey y a todo el pueblo lo que debían hacer si querían seguir en victoria (2 Crónicas 15:1-7)

Acción tomada por el rey Asa (2 Crónicas 15:8-15): 
  1. Quitar los ídolos (v.8a)
  2. Reparar el altar de Dios (v.8b) 
  3. Ofrecer sacrificios (v.11) 
  4. Hacer compromiso de buscar de Dios siempre (v.12)

¿Y nosotros, qué debemos hacer en este tiempo?
Así que, amados, puesto que tenemos estas promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios (2 Corintios 7:1).

¿De cuáles promesas nos habla el apóstol Pablo? Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.  Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y  no toquéis lo inmundo;  y yo os acogeré, y seré para vosotros por Padre, y  vosotros me seréis por hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso (2 Corintios 6:16-18).

domingo, 15 de mayo de 2016

Derramaré mi Espíritu sobre toda carne

Lectura: Hechos 2:17-21

Pastora Belkis Fernández 

No importa la edad, el sexo y cualquier barrera social y cultural; hay promesas de parte de Dios de derramar su espíritu sobre toda carne. Algunos habían quedado perplejos porque no habían visto cosas semejantes. El apóstol Pedro se pone de pie y aclara que ellos no están borrachos sino más bien que están disfrutando del poder del Espíritu Santo. Este era el primer sermón del apóstol Pedro y lo inicia citando a Joel 2:28-32, expresando que las promesas son para nuestros hijos e hijas, para nuestros jóvenes, para los ancianos  y para nuestros siervos y siervas. 

“Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo; El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto; Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

En el A.T. habían barreras, ahora el espíritu de Cristo es derramado sobre todo creyente y todos tenemos la oportunidad de invocar al Señor, de ser salvo y ser útil en el Reino de Dios. Este derramamiento en toda carne, es una manifestación de esperanza y de confianza, pues aun en la vejez, podemos soñar y habrá manifestación escatológica. ¿Cuál es la misión para todo creyente?

domingo, 8 de mayo de 2016

Deja ir lo que te hizo daño

Lectura: Génesis 45:1-10

Pastora Belkis Fernández 

Se libre y deja ir lo que te hizo daño. José preservó  la  vida de su gente y la de los egipcios, en medio de una gran hambruna. ¿Estaremos dispuestos  ayudar a las personas que nos han hecho daño? ¿Somos misericordiosos?, o ¿El rencor nos domina? El que teme a Dios, deja ir su dolor y convierte su circunstancia en un potencial para bendecir  a otros. 

La envidia,  el resentimiento, el odio y rencor dominaron el corazón de los hermanos de José, y lo vendieron como esclavo. El favoritismo de su padre y la forma de José contar sus sueños provocaron  también  envidia. Jacob estuvo triste y por aproximadamente 22 años, creyó que su hijo José ya había muerto. 

José  no aguantó más y al reencontrarse con sus hermanos lloró, pero él no le reprochó  lo ocurrido, ni le dijo, ¿Por qué me ultrajaron?  La actitud de José fue generosa y de mucha quietud. Él le promete llevarlo a Gosén, al lugar donde no le iba a faltar nada y donde iban disfrutar su vida junto a su familia y sus ganados. (Gosén era una región muy fértil situada en la parte este del delta del rio Nilo. Lugar donde se asentaron los israelitas (Dicc. Bíblico CLIE, 1985, p.435). 

Dios tiene un Gosén para nuestras vidas, primero saca de tu corazón todo estorbo, deja que el Espíritu de Cristo te liberte, deja ir el rencor, los malos pensamientos. Deja el temor y acércate a Jesús. José cuidó de su padre, de sus hermanos y de toda su familia y  olvidó su aflicción. Tu Gosén, llegará, pero tienes que sacar las rencillas que te causan el dolor.


domingo, 1 de mayo de 2016

La Parábola del Sembrador

Lectura: Mateo 13:1-9

Pastora Belkis Fernández 

El Señor Jesús utiliza el ejemplo del agricultor que siembra la semilla al voleo para hacer una semejanza con  el reino de los cielos. La siembra al voleo indica que se arroja la semilla a puñados, esparciéndola al azar. (Dicc. Larousse). Imagínese un terreno montañoso de Galilea, al esparcir la semilla, esta  podía caer en terrenos que tenían diferentes características. El agricultor toma su riesgo y no siempre obtiene el fruto esperado.

Veamos los diferentes tipos de terrenos revelado por Jesús:
1. Parte de la semilla cayó  junto al camino. El suelo muchas veces estaba endurecido, por tanto pasar la gente y caminar por ahí,  ni aun el arado había tenido efecto.
2. Pedregales: El terreno en su superficie se observa la tierra, pero si profundiza un poco en el fondo encontraras piedras.
3. Entre espinos:  La tierra había sido arada, pero llena de malezas y matorrales
4. Buena tierra: Terreno arado y sin malezas y espinos

¿Entendería toda la multitud la enseñanza  y caería la palabra sembrada solo en buena tierra? El cuidado de nuestro ser interior no podemos dejarlo al olvido. ¿Realmente estamos dando frutos? ¿Es nuestra relación con Cristo profunda o superficial? El que retiene lo que oye, dará fruto;  el que no retiene, no dará fruto. Jesús es el único que puede restaurar los terrenos llenos de escombros, áridos y maltratados. Retengamos y compartamos el mensaje de la Palabra de Dios.

Dios esparce su palabra (Sal 19:4) por todo el mundo (todos los terrenos, todos los corazones) esperando que la gente preste atención  para que dé fruto para salvación (sembrados en buena tierra), pero no todos lo hacen (sembrados junto al camino), otros hacen el intento (sembrados entre espinos y pedregales), pero no lo logran.
La misión del que siembra es tener la fe que la semilla producirá fruto. ¿Que se espera de un oyente?  Que oiga, que  entienda y que de fruto.