domingo, 29 de septiembre de 2013

Entrégale tus cargas a Jesús - Mateo 11:25-30

Por: Pastora Belkis Fernández   

Acércate a Jesús y entrégale todas tus cargas.  Él no te quitará las cargas que debes llevar, pero te pondrá una carga que te permita descansar.  Tus cargas serán diseñadas a tu medida, si te sometes a Jesús.

Observamos en esta ocasión lo siguiente:
Jesús  vio la indiferencia de la gente en ciudades  como las de Corazin, Betsaida y Capernaum, donde el hizo grandes milagros y no hubo arrepentimiento.

Jesús  reconoció  que la revelación del evangelio es para los humildes, no  para los sabios, ni los religiosos, sino aquellos que pueden ser como niños.

Jesús nos dice que seamos sus seguidores y que le imitemos, y habrá descanso para nuestras almas….”porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”

La Palabra Yugo significaba el  aparato que aprisionaba el cuello de los cautivos…. un trozo de madera que se colocaba sobre el cuello de las bestias de carga para transportar objetos pesados. (Definición tomada de wikicristiano.org). El mundo, el diablo, la carne te pueden poner cargas para mantenerte en la esclavitud del pecado, pero Cristo vino a deshacer las obras de las tinieblas.


Hoy tenemos  más ciencia y  tecnología, y más confusión ya que la comunicación con Dios y nuestro semejantes, su calidad se ha deteriorado. A veces  valoramos más los juguetes  del mundo (el carro, trabajo, casa, amistades que no edifican, vanidades de la vida, prestigio social). Hay un gran desafío que nos hace  Jesús  y es el aprender de él, en el trato que tiene con el Padre y el amor al ser humano. El apóstol Pablo nos aconseja que sobrellevarais los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. (Gálatas  6:2); ayer eran esas cargas religiosas, hoy pueden ser religiosas, pero las cargas que nosotros mismos nos ponemos y no Dios, son las que más nos afectan. 


domingo, 22 de septiembre de 2013

Son más los que están con nosotros-II Reyes 6:15-17


Pastor Pedro Julio Fernández

Fruto de la experiencia de Eliseo sabemos que los que están a nuestro favor son más que los que están en contra. Eliseo demostró una fuerte convicción y fe de que Dios con su ejército espiritual está presente de forma invisible en todo momento. Si los cristianos de hoy pensáramos de la misma manera, ¿cuántas victorias tendríamos? Este pasaje es único en las Escrituras y en él se revela la asistencia de Dios de forma precisa a nuestro favor.



domingo, 15 de septiembre de 2013

Jesús sana a un ciego de nacimiento - Juan 9:1-12

Pastora Belkis Fernández

Hay cegueras espirituales que impiden que veas con claridad los planes de Dios para ti. Tú eres importante, aunque para los demás seas un mendigo.  Jesús anda detrás de ti,  obedécele.

¿Qué podemos observar?

1. Jesús vio al hombre ciego de nacimiento
2. Los discípulos preguntaron ¿quién pecó?  ¿será esto un castigo?
3. Los vecinos preguntaron: ¿quién te abrió los ojos? Juan 9:10
4. Jesús escupió en la tierra, hizo lodo con la saliva y le unto lodo a los ojos del ciego
5. Jesús lo envió a lavarse al estanque de Siloé
6. El ciego fue al estanque de Siloé, se lavó y recibió la vista
7. El ciego ya no sabía dónde estaba Jesús. Juan 9:12

¿Qué interpretación encontramos en el texto?

1. Jesús nos observa y tiene una preocupación sincera
2. Este no era un problema de pecado, sino para Dios glorificarse
3. Los vecinos se quedaron sorprendidos y querían saber ¿quién fue el que hizo el milagro?
4. Jesús empleo la tierra para sanarlo, los mismos elementos que empleo para crearlo
5. El ciego obedeció y fue donde Jesús lo envió
6. El retorno de la vista implicó lavarse en la piscina, como símbolo de transformación
7. Jesús nos ayuda y luego no sabemos dónde encontrar a Jesús

Jesús reconoció que le era necesario hacer el milagro, ya que era de día y su misión en el mundo era ser luz. Hoy tú y yo somos la luz del mundo y los que continuamos haciendo la obra de Cristo en el mundo, encarnando a Jesús ahora que es de día, luego puede ser muy tarde.



domingo, 8 de septiembre de 2013

El Gozo del Perdón - Salmo 32

Pastora Belkis Fernández

Podemos pedirle al salmista David  que  nos dibuje lo que estaba pasando en su vida cuando escribió este Salmo y que nos explique las enseñanzas que Dios quiere que tomemos hoy para entender que el perdón que hemos recibido no depende de nuestro esfuerzo, sino de su gracia y misericordia.

Para esto hay que hacer el ejercicio de creerle a Dios. ¿Qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. El apóstol Pablo cita a David para que entendamos que David proclamó la misma verdad que proclamó Abraham.
Romanos 4:3-8.

David retrata su realidad de la siguiente manera: “Yo estaba tan perdido y tan fuera de entendimiento, que procedí a lo siguiente:

o Voy a sincerarme con Dios
o Voy a confesar mis errores. No voy a callarme u ocultar el problema
o Voy a declarar mi problema o mi pecado
o Voy a orar para que Dios haga algo
o Voy a reconocerlo como mi refugio y mi única salida
o Voy a emplear mi razonamiento, mi mente para poder entender
o Voy a cantar y adorar a Dios

El pecado convierte a los seres humanos en irracionales. No seamos como el caballo o como el mulo, los cuales no tienen entendimiento. Salomón muy bien lo expresó cuando dijo que el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio.

No somos inmunes al pecado, de manera que nos conviene el temor a Dios, ya que el hombre tiene la oportunidad de pecar, como la oportunidad de no pecar. Cuando usamos nuestro razonamiento espiritual estamos tejiendo el camino de la verdadera felicidad, siendo honestos y tomando la decisión de despreciar lo que Dios desprecia, entonces terminaremos nuestra jornada con gozo.



domingo, 1 de septiembre de 2013

No contristando al Espíritu Santo - Efesios 4:22-32

Pastora Belkis Fernández

El Espíritu Santo es la tercera persona de la santa trinidad de Dios, él mora en nosotros los creyentes consolándonos de la ausencia física de Jesús. No debemos entristecerlo con una mala manera de vivir. Debemos alegrarlo viviendo en paz y en santidad.

“No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la Redención”. Efesios 4:30
Primeramente el apóstol Pablo exhorta de una manera repetitiva a despojarnos del viejo hombre y vestirnos del nuevo hombre. Debemos mantener una ética cristiana en toda nuestra manera de ser y conducirnos con los estándares de santidad.
 
¿Cómo entristecemos al Espíritu Santo?

1. Desechando la verdad
2. Airándonos sin ningún control ni dominio propio
3. Dando lugar al diablo
4. Robando con actitudes de falta de integridad
5. Hablando malas palabras y palabras corrompidas

Cuando pasamos los límites, practicando el pecado y no estamos dispuestos a cambiar para el bien, entonces Dios puede desecharnos. Veamos el caso de Saúl, quien contó con el consejo del profeta Samuel, más a la hora de la decisión hizo su voluntad y fue desechado por su desobediencia y mentira.
 (1 Samuel 16:1)
 
¿Cuál es la medicina para evitar que el Espíritu Santo se entristezca?

1. Quitando de nosotros la amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia y toda malicia
2. Siendo benignos unos con otros
3. Misericordiosos
4. Perdonándonos como Dios nos perdonó, así también perdonar. Hebreos 8:10-12

Que Jehová perdone nuestros pecados y que podamos nosotros  perdonar, para evitar caer en las estrategias del enemigo de la justicia, de entristecer al Espíritu Santo y hasta de ser desechado por  nuestra conducta reincidente de prácticas pecaminosas, que rompen los estándares de santidad.