domingo, 26 de febrero de 2017

Cuando la Soberbia es Señora

Lectura: Ezequiel 16:49-50

Pastora Belkis Fernández

“He aquí, esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado.” (Biblia de las Américas, 1997)

La soberbia es una creencia de superioridad y de menosprecio hacia los demás. El profeta Ezequiel revela que la maldad de Sodoma fue su arrogancia, se olvidaron de sus hermanos/as y no fortalecieron la mano del afligido ni del menesteroso. Muchas veces creemos que el problema de Sodoma fue solo la inmoralidad sexual,  y nos olvidamos de la soberbia.  El pueblo se tornó soberbio al verse autosuficiente, pues lo tenían todo y nada le faltaba, se apartaron de Dios y fueron tras los ídolos.  Antes del quebrantamiento viene la soberbia y antes de la caída, la altivez de espíritu (Prov.16:18) y fue exactamente lo que le pasó a Sodoma.

¿Qué pasa con una persona que dice que es creyente y practica la soberbia? 

  1. Las oraciones no son escuchadas. Ver metáfora empleada por Jesús en Lucas 18:9-14, entre el publicano y el fariseo, ¿A quién escuchó Dios?
  2. No hay quietud, sino abatimiento. El humilde sustenta la honra. Proverbios 29:23
  3. No practica la misericordia ni se involucra en la comunidad en ayudar al necesitado porque es arrogante, es indiferente, solo le preocupa su círculo de interés.

Jesús, colocó a los pobres de Espíritu, como los bienaventurados número uno, para enseñarnos que la pobreza espiritual nos abre las puertas para ser parte de su Reino. Como creyentes nacidos de nuevo, dependamos de Dios, quebrantemos nuestros corazones y entonces nuestras plegarias pueden ser escuchadas.


domingo, 19 de febrero de 2017

Llenos del Espíritu Santo

Lectura: Efesios 5:15-21

Pastora Belkis Fernández

El apóstol Pablo insta a ser diligentes en ser sabios, utilizando nuestro entendimiento para llegar a conocer la voluntad del Señor. Tenemos la opción de ser sabios o necios. Estamos viviendo en escenarios de mucho peligro, es como si estuviéramos caminando en un terreno movedizo, lleno de charcos; o lleno de dinamitas; que ponen en peligro nuestras vidas.

Pablo aconseja y nos dice, no te embriagues, no te dejes conducir por los excesos que ofrecen el mundo y la carne; al contrario, debemos estar llenos del Espíritu Santo. Cuando somos llenos del Espíritu de Cristo, hay cánticos, hay adoración y agradecimiento hacia la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nuestras actitudes se sujetan a Jesús y se considera la mansedumbre de tal manera que aprendamos a someternos los unos a los otros. 

El resultado de la llenura del Espíritu es una adoración que sale de un corazón genuino, un corazón repleto de agradecimiento, y de labios que expresan salmos, himnos y cánticos espirituales. Organicemos nuestra agenda, tengamos una buena mayordomía de nuestra espiritualidad, de tal manera que, si hay algún tipo de problemas o aflicción, demos siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

En Hechos 2:4, encontramos que en la iglesia primitiva todos fueron llenos del Espíritu Santo, Juan, el hijo de Zacarías y Elisabeth, fue lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre (Lucas 1:15); evitemos que nos pase como el rey Saúl, que por su desobediencia fue desechado y el Espíritu Santo se apartó de él, tenía David que tocarle el arpa para aliviar su estado espiritual.


domingo, 12 de febrero de 2017

Milagros Extraordinarios

Lectura: Hechos 19:10-11

Pastor Pedro Julio Fernández

Dios hacia milagros de sanidad a través de un hombre enfermo (Gálatas 4:13 y 2 Corintios 12) como Pablo y esto fue un factor importante en la difusión del Evangelio. La expresión griega “Y Dios hacía milagros extraordinarios por manos de Pablo” en realidad significa que el Señor había hecho de los milagros “algo de todos los días”. 

Y hacía Dios milagros extraordinarios: Lucas afirma que éstos eran milagros extraordinarios, y nos da un ejemplo; que los paños o delantales de Pablo (literalmente, “toallas para el sudor”) podían ser puestas sobre una persona, incluso sin que Pablo estuviera presente, y esa persona era sanada o liberada de posesión demoniaca.

Dios lo hacía, no Pablo. Estos milagros sirvieron  para magnificar el nombre de Jesús y no el de Pablo (19:17), para beneficiar a enfermos y endemoniados  y no a Pablo (19:12)  y para que la palabra de Dios crezca y prevalezca  y no Pablo (19:20).

¿Será lo mismo hoy día con aquellos que dicen que hacen milagros? ¿Es el nombre de Jesús glorificado o el de ellos? ¿Se benefician ellos o los necesitados? ¿Crece la palabra de Dios y permanece o las de ellos?

Es tiempo de reflexionar y pensar que el tiempo de los milagros no ha pasado todavía, que Dios es el mismo (Hebreos 13:8 y Santiago 1:17), pero que ahora él tiene otros instrumentos humanos, pero los objetivos que Dios busca son los mismos: Que la gente enferma y con fe se sane, que la palabra se establezca y que el nombre de Jesús sea engrandecido.


domingo, 5 de febrero de 2017

Los Beneficios del Perdón

Lectura:  Salmo 32

Pastora Belkis Fernández

Feliz aquel cuyo pecado ha sido perdonado y borrado sus iniquidades. El perdón es un acto de liberación donde la persona pasa de esclavo a libre. El perdón debe ir acompañado de la confesión para que tenga efecto, tal como ocurrió a David cuando confesó y reconoció el error que había cometido, entonces fue liberado (Ver Salmo 51). 

David, en el Salmo 32 experimentó con su silencio que sus huesos se envejecieron, que su culpa lo estaba deshidratando porque había pecado y no lo había confesado. Su situación era similar al verdor de la naturaleza que por la intensa sequía se marchitó y en su desesperación reflexionó que tenía que confesar su pecado, ya que la situación se empeoraba. De día y noche se agravó tu mano sobre mi (/v.4). Cuando David confesó, entonces lo hizo beneficiario del perdón. 

¿Cuáles beneficios recibió David al obtener el perdón?
  1. Feliz ya que restauró la paz con Dios 
  2. Receptor de la gracia de Dios
  3. Libertad de culpa 
  4. Dolencias sanadas, rescate del hoyo y corona de favores. 

El perdón te hace feliz, te sana, te liberta y te quita la culpa del pecado.  Tu perdón liberta a otros. Recuerda, no somos inmune al pecado, si pecas abogado tenemos para con el Padre. Usa tu razonamiento espiritual y no seas como el caballo o como el mulo que deben usar frenos y riendas.