domingo, 1 de septiembre de 2013

No contristando al Espíritu Santo - Efesios 4:22-32

Pastora Belkis Fernández

El Espíritu Santo es la tercera persona de la santa trinidad de Dios, él mora en nosotros los creyentes consolándonos de la ausencia física de Jesús. No debemos entristecerlo con una mala manera de vivir. Debemos alegrarlo viviendo en paz y en santidad.

“No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la Redención”. Efesios 4:30
Primeramente el apóstol Pablo exhorta de una manera repetitiva a despojarnos del viejo hombre y vestirnos del nuevo hombre. Debemos mantener una ética cristiana en toda nuestra manera de ser y conducirnos con los estándares de santidad.
 
¿Cómo entristecemos al Espíritu Santo?

1. Desechando la verdad
2. Airándonos sin ningún control ni dominio propio
3. Dando lugar al diablo
4. Robando con actitudes de falta de integridad
5. Hablando malas palabras y palabras corrompidas

Cuando pasamos los límites, practicando el pecado y no estamos dispuestos a cambiar para el bien, entonces Dios puede desecharnos. Veamos el caso de Saúl, quien contó con el consejo del profeta Samuel, más a la hora de la decisión hizo su voluntad y fue desechado por su desobediencia y mentira.
 (1 Samuel 16:1)
 
¿Cuál es la medicina para evitar que el Espíritu Santo se entristezca?

1. Quitando de nosotros la amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia y toda malicia
2. Siendo benignos unos con otros
3. Misericordiosos
4. Perdonándonos como Dios nos perdonó, así también perdonar. Hebreos 8:10-12

Que Jehová perdone nuestros pecados y que podamos nosotros  perdonar, para evitar caer en las estrategias del enemigo de la justicia, de entristecer al Espíritu Santo y hasta de ser desechado por  nuestra conducta reincidente de prácticas pecaminosas, que rompen los estándares de santidad.



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