domingo, 25 de agosto de 2013

Derramando mi Alma al Señor - I Samuel 1:13-18

Pastora Belkis Fernández

Ana tenía una relación matrimonial complicada, ya que su marido tenía otra esposa.  Era la burla de su rival y ella se postró ante Dios, su clamor fue escuchado y concibió  a Samuel, a quien dedicó para Dios y lo preparó para que le sirva al Señor.

¿Que observamos en Ana? “La voz de Ana, no se oía”. 1Sam. 1:13
1. La irritaba su rival cuando iba a la Casa de Jehová. 1 Sam. 1:7
2. Criticada por Eli, como borracha (Sumo Sacerdote)  1 Sam 1:14
3. Hizo voto a Dios, que si tiene un hijo, lo dedicaría para servirle al Señor. 1 Sam.  1:11
4. Desde temprano alimentó y preparó a su hijo antes de llevarlo a la Casa de Jehová. 1 Sam.1 :22
5. Tuvo un marido comprensible, el cual apreciaba su opinión. 1 Sam.  1: 22-23
6. Como madre se preocupó de llevar a su hijo vestido de lino a la Casa de Dios. 1Sam. 2:18-19
7. Fue agradecida con Dios y no vino al templo con las manos vacías. 1 Sam. 1:24

Ana mantuvo la fe en alto, llevó su niño al templo, reconoció que fue Dios quien le dio su hijo y lo dedicó a Jehová.

Es responsabilidad de los padres, enseñarles a los hijos a honrar a Dios y no hacer una estatua de nuestros hijos. Criemos a nuestros hijos en el temor de Dios, a depender no de sus habilidades sino de la gracia de nuestro Amado Jesucristo, que  aprendan que Dios es soberano y que él se complace en la obediencia y en la humillación. Si hay una petición en tu corazón, derrama tu alma al Todopoderoso y él te responderá.
Ana dejó la tristeza, adoró al Señor y Dios le contestó su petición. 1 Samuel 1:18-19

¿Hasta qué  punto nos afecta el permanecer triste? ¿Para quién vestimos a nuestros hijos?. ¿Fue un buen modelo para el niño el ejemplo del líder y sus hijos? ¿Qué pasó luego con los hijos de Samuel? (Ver  1 Samuel 8:4). Ana glorifica a Jehová con un cantico, en el que reconoce  su grandeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario