domingo, 26 de julio de 2015

Cualidades/ Éticas del Creyente - II Pedro 1:5-11

Pastora Belkis Fernández

Ya en la postrimería de su vida el apóstol Pedro aconseja a practicar diferentes cualidades que son básica para  no contaminarnos  con los estilos erróneas de conducta y para actuar en coherencia a nuestra ética cristiana.  El apóstol Pedro anduvo con Jesús, experimentó momentos altos y momentos bajos. Su estilo rápido y violento, su gloria como su sufrimiento, su frustración como su gloria, entre otras experiencias, lo hicieron apto para enlistar cualidades  que son parte del perfil de una persona transformada.

Incluyéndose así  mismo señala,  “Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”. (2 Pedro 1:5-7, versión Reina Valera 1960).   ¿Estamos poniendo toda diligencia y añadiendo el carácter de Cristo?  El  apóstol  sabía que iba a morir pronto por Cristo  y  utiliza el vocabulario de “añadir, agregar, ampliar”, en otras palabras a no ser escaso ni mezquino en nuestra conducta y ética. Si escaseamos, si estas cualidades no abundan; hay peligro.

No caigamos en el olvido, ni en la ceguera espiritual, evitemos caer en una amnesia espiritual. Estemos dispuestos a ejercer nuestra vocación y elección con los más altos estándares de excelencia de un siervo/a  esclavo/a de Cristo, consagrado/a  seguir el camino de la cruz de Cristo.


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