Lectura: Génesis 22: 1-14
Pastora Belkis Fernández
Abraham, no cuestionó sino más bien obedeció a la instrucción de Dios que le dijo toma a tu único hijo, Isaac y ofrécelo en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
La Escritura narra lo siguiente:
• Abraham se levanta de mañana, alista su asno, toma dos de sus siervos y a su hijo Isaac; cortó leña para el holocausto y fue al lugar que Dios le dijo.
• Al tercer día Abraham vio el lugar y le dijo a sus siervos que le esperaran ahí.
• Expresa la misión, “yo y el muchacho iremos allí, adoraremos y volveremos.
• Abraham toma la leña y la puso sobre Isaac y tomó el fuego y el cuchillo
• Isaac, su hijo le dijo, padre mío, ¿Y el cordero para el holocausto dónde está?
• Abraham responde, Dios proveerá de cordero. Llegó al lugar, edificó Abraham un altar, compuso la leña y ató a Isaac y lo puso en el altar sobre la leña.
• Abraham extendió su mano y el ángel le dio voces desde el cielo y le dijo, Abraham, Abraham, no extiende tu mano sobre el muchacho, ya conozco que temes a Dios. A su espalda, Abraham miro y a su espalda el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
Dios proveyó el cordero y probó la fe de Abraham, quien sumisamente se comportó, actuando en coherencia con su fe. Hizo el esfuerzo de levantarse de mañana, sabía lo que estaba haciendo y no estorbó el plan de entregar al hijo de la promesa. Abraham e Isaac representan la tipología profética del cordero de Dios. Adora a Dios, ofreciendo lo mejor y una entrega total.
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