domingo, 3 de junio de 2018

Jesús Perdona y Sana a un Paralítico

Lectura: Mateo 9:1-8
Pastora Belkis Fernández

En esta ocasión Jesús cruzó al otro lado del lago para llegar al pueblo de Capernaum, donde vivía y allí, algunas personas le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Jesús observó la fe puesta en operación por esas personas que lo llevaron y le dice al paralítico, ten ánimo hijo, tus pecados te son perdonados. En el ambiente no faltó la murmuración hacia Jesús y le dijeron que era un blasfemo. No reconocieron su autoridad y su deidad. Jesús les hizo dos preguntas: ¿Por qué pensar mal en nuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir los pecados te son perdonados o decir, levántate y anda? Jesús les aclaró su identidad de que era el Hijo de Dios y le dijo al paralítico, levántate, toma tu cama y vete a tu casa. La gente glorificaba a Dios.

¿Que aprendemos de este pasaje de la Escritura?

1. Jesús sabe apreciar la sinceridad y la fe de los que te rodean y buscan llevar al necesitado a Cristo, así como llevaron a este paralítico. El admiró la fe de ellos.

2. Jesús se dirigió con ternura, le dijo hijo y empleó su divinidad como una evidencia de que es Él es el Hijo de Dios. Le dijo al paralítico, tus pecados te son perdonados, parece que su parálisis estaba conectada con algún pecado que había cometido y quizás estaba en un estado de culpabilidad.

3. Jesús cuestionó los malos pensamientos. El Señor conoce las intenciones de los corazones. Las murmuraciones y la duda no edifican y Dios está al tanto de todo.

4. La gente glorificó a Dios por las maravillas de este milagro y Jesús lo mandó para su casa. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario