domingo, 10 de noviembre de 2019

El Valor de la Humildad

Lectura: Lucas 18:9-14
Pastor Pedro Julio Fernández

Dos personas van al mismo lugar, pero van con objetivos distintos. La casa de Dios es llamada casa de oración para las naciones (Isaías 56:7 y Mateo 21:13), pero las personas la pueden convertir hasta en cueva de ladrones y lugar de prejuicios y discriminaciones.

La parábola vino a colación porque personas se justificaban de buenos y discriminaban a otros por malos. Entran al templo a orar un religioso judío de la secta de los fariseos y un odiado colector de impuestos. El primero se justificaba así mismo como justo, el segundo solo clamaba misericordia y piedad por sus pecados.

Dios es quién oye nuestras peticiones y quien responde a ellas. Dios no se deja llevar de las apariencias, pues él mira lo de adentro (siete veces dice en Apocalipsis 2 y 3 que él conoce nuestras obras y que escudriña mente y corazón).

Uno puede orar a Dios en la pose que más le convenga, pero doblar rodillas es la forma más humillante de la oración. Pablo la practicaba como se narra en Efesios 3:14. Jesús oraba de rodillas (Lucas 22:41), Esteban oro y murió de rodillas (Hechos 7:60) y Elías lo hizo también como se narra en 1 Reyes 18:42.

Hermanos, no hablen mal de los demás. El que habla mal del otro, o lo critica, es como si estuviera criticando a la ley de Dios, o hablando mal de ella. Lo que ustedes deben hacer es obedecer la ley de Dios, no criticarla.  Dios es el único juez. Él nos dio la ley, y es el único que puede decir si somos inocentes o culpables. Por eso no tenemos derecho de criticar a los demás (Santiago 4:11-12 Versión de la Biblia Lenguaje Actual).

Los que se justifican a sí mismos se ensalzan y dan un reporte de buena conducta a Dios, pero son humillados. Los que se humillan reconocen sus faltas y son ensalzados por el Señor.

Justificó al colector de impuestos porque se humilló. La humillación es de gran precio y valor ante los ojos de Dios. 2 Crónicas 7:14 es un llamado honesto y sincero de Dios a su real pueblo para qué se humille.

No hay comentarios:

Publicar un comentario