domingo, 13 de octubre de 2013

Acércate a Jesús, aún hay esperanza - II Reyes 4:1-7

Pastora Belkis Fernández

Un milagro y no al vapor, sino llevándose del consejo del siervo de Dios. Esta viuda estaba desesperada y a punto de perder a dos de sus hijos, por las deudas del difunto. ¿Qué hacemos cuando sentimos amenazas de perder algo o a alguien?

Puede que literalmente usted cuente con su pareja, pero en término espiritual y de carácter integro, sea una persona muerta para responder ante el desafío de levantar una familia donde ambos puedan luchar en la formación del carácter de los hijos.  Si son dos, uno de los dos, puede hacer el papel de la viuda y  doblegar su rodilla  y acercarse a  aquel que puede librar nuestras vidas de la muerte, Jesús. Si es una madre soltera o padre soltero, vaya directo a Jesús. Si son dos y uno está espiritualmente muerto, con más razón de acercarse a Jesús, o si eres un individuo y estas en el peligro de perder a alguien ¿Qué harías?
La viuda acude al profeta Eliseo y le recuerda que su ex marido era un hombre temeroso de Jehová, y le comenta que el acreedor ha venido en busca de dos de sus hijos para llevárselos de esclavos, que le ayude.

El pecado es símbolo de la esclavitud y las amenazas continúan, tanto para el fuerte como para el débil,  de convertirnos en  practicantes de  pecado. Ayer esta viuda acudió al profeta Eliseo;  hoy tenemos entrada para acudir directamente a Jesucristo. ¿A quién acudimos cuando nos sentimos amenazados?
Esta familia pudo haber sido funcional y estable mientras vivía el esposo y padre, luego al morir las cosas cambiaron. Muchos comentaristas creen que fue el profeta Abdías el cual sustentó a cien profetas y los escondió (1 Reyes 18:4), de manera que su generosidad, le hizo contraer deudas y al morir deja su  familia en problemas.

El profeta Eliseo de una manera cortes le dice ¿Cómo te puedo ayudar? Ella no esconde el problema, ni trata de cubrir a su ex marido, sino que le narra el problema, eso es lo correcto, luego obedeció las instrucciones que le dio el profeta, paso por paso. Veamos el consejo apropiado del siervo de Dios:
1. ¿Qué tienes en tu casa? Pide a todos tus vecinos que te presten jarras vacías
2. Consiga muchas jarras no pocas, entra en tu casa con tus hijos  y cierra la puerta
3. Echa aceite en las jarras y pon aparte las que ya estén llenas, ve, vende el aceite, y págale a ese hombre lo que debes
4. Con lo que te quedes, mantén a tus hijos

La viuda dio el reporte al profeta Eliseo. Las intenciones del profeta era que pague las deudas para que sus hijos no sean esclavos. Cada uno de los pasos anteriores, formaron parte de la solución del problema. De lo ordinario, Dios hizo algo extraordinario, de la pobreza produjo riquezas, pero no olvides que fueron varios procesos no un proceso. El proceso involucraba a su familia, a los vecinos, lo que poseía, tiempo de privacidad familiar y responsabilidad hacia el pago de la deuda. No esperes milagros al vapor, hagamos el ejercicio de la obediencia. ¿Qué tienes en tu casa?


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