Pastora Belkis Fernández
Es muy común si alguien tiene problemas aconsejarle descansa y duerme para que puedas aliviarte. Las amenazas, los ataques y los problemas que David tuvo con su hijo Absalón no le impidieron el sueño y él pudo decir “yo me acuesto, y me duermo, y vuelvo a despertar porque tú vigilas mi sueño.
¡Qué confianza!
Dios vigila nuestro descanso, pero asegúrate de no excluir a Jesús en tu descanso, vacaciones o días libres. ¡Qué maravilloso es vivir bajo su gracia! Dormimos bien sin depender de la medicina, a pesar de que la medicina no es mala. Me imagino a David, saliendo de su palacio, sintiéndose impotente, huyendo de su hijo y reconociendo que el problema estaba agrandándose. Los demás lo veían con lastima y sin expectativa de solución. El clamó y Jehová le respondió.
Las ansiedades, la depresión, las tantas preocupaciones y el estrés pueden desajustar nuestra salud mental y aun afectar el sueño. En otra ocasión David pudo decir “Despierto y aún estoy contigo” o tarde y mañana y a mediodía oraré y oirá mi voz. El descanso es saludable, Jesús mismo en Marcos 6:31, les dijo a sus discípulos, vamos a un lugar tranquilo para descansar a solas y se fueron con Jesús a un lugar apartado.
David termina este salmo pidiendo por una bendición colectiva, y le dice al Señor, ¡Bendice a tu pueblo! ¿Podemos bendecir a los demás, a pesar de nuestros problemas? ¿Es solo el descanso pasar horas viendo televisión, o en el internet, o salir a la playa? No es malo, pero conéctate con Jesús, vigila tu agenda diaria y no excluyas tu espiritualidad.
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