domingo, 3 de septiembre de 2017

¿Qué más me Falta?

Lectura: Mateo 19:16-22

Pastora Belkis Fernández

Inicia un año escolar de nuevo y hay estudiantes que se ven en la tentación de la avaricia, del dinero fácil y caen en esa trampa del enemigo de la justicia, otros se dejan influenciar por supuestos amigos que ya vienen con una formación dañada y otros que dicen que conocen a Jesús, en letras, pero todavía no quieren soltar su egocentrismo y siguen sus propios caminos. Los padres deben asumir la responsabilidad de la formación espiritual de sus hijos. Quiero ilustrar el caso de Jesús y al joven rico.  

¿Por qué me llamas bueno? responde Jesús al joven rico para recordarle que nadie está libre de pecado y solo Dios es bueno. Los halagos no iban a cambiar lo que Jesús veía en su corazón. Este joven conocía y fue instruido con buenos valores, pero incrédulo y egocéntrico en su relación con sus semejantes. 

Si crees que amas a Dios, respeta a tus padres, no robas, asiste regularmente a la iglesia; pero no hay un compromiso con tu prójimo, de nada sirve ese conocimiento; algo te falta para que pongas tu fe por obras. Este joven amaba la enorme posesión de bienes materiales que tenía y no cedió ante los deseos de su corazón; a pesar que fue instruido desde muy joven, con este encuentro tuvo la oportunidad de hacer ajustes a sus planes personales y cambiar sus prioridades, escuchando el plan de Jesús, no a la fuerza sino obedeciendo a su consejo.

¿Qué más me falta? Jesús quería que practicara la misericordia de ahí que le dijo, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, tendrás tesoro en los cielos y así podrás seguirme. El consejo de Jesús le produjo tristeza y prefirió no seguir a Jesús, porque era demasiado sus posesiones.

La ambición ciega el entendimiento y todo lo que ocupe el lugar que le corresponde a Dios, se convierte en un ídolo; en este caso las posesiones; ya ahí estaba fallando y no era cierto que guardaba todos sus mandamientos. Ama a tus semejantes, pregúntale a Jesús, ¿Qué me falta?  Él te dirás lo que tienes que hacer y dónde está fallando, obedécele. 


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