domingo, 25 de febrero de 2018

Que se Llene mi Casa

Lectura: Lucas 14:15-24

Pastora Belkis Fernández

Un hombre sentado con Jesús a la mesa, le dijo, ¡bienaventurado el que coma pan en el Reino de Dios! Jesús responde con la parábola de la gran cena, donde todos los invitados pusieron excusa y nadie asistió. Uno se excusó porque compró una hacienda y necesitaba verla, ¿quién compra sin ir a ver lo que compra? Otro se excusó diciendo, he comprado cinco yuntas de bueyes, y tengo que probarlas, ¿quién compra sin antes probar? Y otro se excusó porque había acabado de casarse. Todas eran excusas baratas y no valederas, si querían podían asistir, pero hubo indiferencia y desprecio. Entonces envió a su siervo a buscar personas marginadas e hizo un plan para que se llene su casa. Vayan por los caminos y hagan a la fuerza que vengan y entren, porque el primer grupo que invité no gustará de mi cena, dijo el Señor de la cena. 

Si alguien rechaza la salvación, ¿Cuál debe ser la actitud de la comunidad de creyente? ¿Frustrarse o seguir predicándoles a otros? En la casa del Señor hay lugar para todos. (Juan 14:2) 

La reacción del Padre de familia no fue de agrado y se molestó por el desaire, pero no se detuvo en los planes de servir la cena, por eso envió a buscar personas marginadas, pecadores y gentiles. Jesús vino al pueblo de Israel y ellos lo rechazaron, pero a quienes lo recibieron les dio potestad de ser hijos de Dios. (Juan 1:11-12). El siervo le dijo al dueño de la casa se ha hecho como mandaste y aún hay lugar y el Señor le responde ve y busca más para que mi casa se llene, pero ya no más para los que rechazan sino para los que acepten la invitación.

domingo, 18 de febrero de 2018

El Creyente Lidera, Involucra a Dios y Confía

Lectura: Hechos 27:22-26; 33-38

Pastor Pedro Julio Fernández

En las peores situaciones el que conoce a Dios actúa. Daniel 11:33 presenta un escenario donde los entendidos instruirán a muchos siendo el momento muy difícil. 

No podemos permitir que el impío lidere al cristiano ni en el buen momento ni en el mal momento. Siempre debemos involucrar al Dios, hacerlo parte del problema para hallar la solución correcta y confiar plenamente en él. 

En este caso de Hechos 27 donde Pablo actúa, había un capitán del barco, un centurión romano a cargo de todos los presos que iban a Roma, pasajeros y presos. Se desató una tormenta en pleno mar y no podían controlar el curso del barco, no había luz, no comían y todos estaban desesperados y sin muchas esperanzas. Pablo exhortaba a todos a que tomaran alimento, diciendo: Hace ya catorce días que, velando continuamente, estáis en ayunas, sin tomar ningún alimento. Por eso os aconsejo que toméis alimento, porque esto es necesario para vuestra supervivencia; pues ni un solo cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá. Habiendo dicho esto, tomó pan y dio gracias a Dios en presencia de todos; y partiéndolo, comenzó a comer. Entonces todos, teniendo ya buen ánimo, tomaron también alimento. En total éramos en la nave doscientas setenta y seis personas (33-38). 

Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho. Con todo, es necesario que demos en alguna isla (22-26).

domingo, 11 de febrero de 2018

Estad Quietos y Conoced que Yo Soy Dios

Lectura: Salmo 46:10-11
Pastora Belkis Fernández

La confesión que Dios es nuestro amparo y fortaleza es esa seguridad que nos da garantía para no temer, tal como lo expresa el salmista. Las amenazas por la naturaleza de un terremoto, una catástrofe natural y los peligros que como seres humanos enfrentamos de guerras, de gente de poder y de grandes armamentos; tienen que cesar ante el poder que tiene Jehová de los ejércitos.

En este cántico de victoria y en medio de grandes amenazas, Dios manifiesta su poder como Jehová de los ejércitos, como aquel que hace callar los vientos, ponerle límites al mar, dominar la naturaleza y no hay dudas que a sus criaturas nos coloca sobre la roca que es Jesucristo, trayendo quietud, aun en los momentos más difíciles que enfrentamos.

Estad quietos y conoced que yo soy Dios; la quietud es sinónimo de sosiego, calma, tranquilidad y paz. No es tiempo de hablar, no es tiempo actuar, no es tiempo de agitar, sino más bien de estar quietos porque por más difícil que sea nuestro problema, el Señor sigue teniendo control de lo que tú y yo no podemos controlar.

Conoce a Dios, tómate un tiempo especial para que puedas escudriñar en el tesoro más grande que tenemos, su Palabra, acércate para que puedas ser oído desde su Trono de gracia. Estad quietos y espera en Dios. Termina el salmista exaltando y adorando a Dios y reconociendo su soberanía y su inminente intervención.

domingo, 4 de febrero de 2018

Dar por Generosidad y no por Exigencia

Lectura: 2 Corintios 9:1-5
Pastora Belkis Fernández

Para los de Macedonia, el participar de la generosidad era un privilegio, no una obligación o exigencia, a pesar de que eran pobres (2 Cor. 8:4), el apóstol Pablo motiva a los Corintios a desarrollar la voluntad de ser generosos. Hace mención del pueblo de Israel cuando experimentaron necesidades, Dios proveyó de tal manera que el que recogió mucho maná, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos. (Éxodo 16:18). La intención de Dios es que podamos practicar el amor sincero y trabajar en equipo para su obra.

El apóstol admiraba a los hermanos de Macedonia y los de Acaya que habían planificado voluntariamente su generosidad. Él quería enseñarle al pueblo de Corinto que tuvieran una actitud de preparación para ser generoso, pues ellos no iban a tener pérdidas ni iban a empobrecer, sino que iban a experimentar abundancia de su gracia.

Hay dos principios que nos interesa destacar:

1. El que siembra escasamente, escasamente segará y el que siembra generosamente, generosamente cosechará. Si invertimos poco en el Reino, Dios nos bendecirá poco y el que da abundantemente, con una actitud de abundancia no de mezquindad, Dios así mismo responderá.

2. Dios ama y bendice al dador alegre. Dar con gozo, no con tristeza, dar para abundar en buenas obras, no por necesidad, ni por exigencia. Dar conforme a lo que prometiste al Señor.

El participar de la generosidad es para el apóstol “Una obra de gracia”. 2 Cor.8:6. No por codicia ni por exigencia y no para quedarnos con dinero que debe darse. (2 Cor.9:5).