domingo, 22 de febrero de 2015

Octavo Mandamiento: No Robarás - Éxodo 20:15

Pastora Belkis Fernández

No hemos atracado a un banco, pero hay muchas formas de robar. Robar es quitar algo que pertenece a alguien, por medio de la violencia o el engaño. (Larousse 2004).  Si algo no te pertenece, no tienes ningún derecho a llevártelo. (Dicc.  Strong).  Este mandamiento era para proteger el derecho personal de la propiedad.

Podemos robar a Dios y a nuestros semejantes mediante el engaño, el fraude, la estafa, la falsificación y otras prácticas pecaminosas que ni aún son materiales. En Josué 7, vemos el ejemplo de Acam, el cual tomó  lo que no le pertenecía. El Señor le reveló a Josué, que había un anatema y esto provocó la ira de Dios.  Josué  le preguntó a Dios ¿Por qué  cruzamos el Jordán?  La codicia y la desobediencia de Acam, trajeron maldición al pueblo; así como la desobediencia de Jonás, en alta mar  hace que un grupo casi pereciera.

En Malaquías 3:8 dice ¿Robará el hombre a Dios? A Dios hay que obedecerle, de lo contrario nunca vamos a salir de los problemas. Cuando Zaqueo tuvo el encuentro con Jesús, él reconoció que había estafado a muchos y restituyó cuatro veces lo robado. El apóstol Pablo aconseja a trabajar honradamente (2 Tés. 3:10-11). Judas  robó el dinero que le correspondía al ministerio de Cristo; su actitud era tacaña hacia gastar en el Maestro. Él era un ladrón. (Juan 12:6) de ahí que  prefirió invertir en los pobres, pero en el corazón ya había hurtado.

Evaluemos nuestros corazones, hagamos un chequeo de integridad y renunciemos al pecado de apropiarnos de lo ajeno. “Mía es la plata y mío es el oro dice Jehová”. (Hageo 2:8).





domingo, 15 de febrero de 2015

Septimo Mandamiento: No Adulteraras - Éxodo 20:14

Pastor Pedro Julio Fernández

De acuerdo a la Biblia Esquematizada, es el séptimo mandamiento y tiene lugar cuando una persona casada, hombre o mujer, tiene relaciones con alguien que no es su esposa o esposo. Este mandamiento se aplica a hombre o a mujer. Jesús enseña que el adulterio no se limita al acto físico en sí, sino también al deseo que conduce al acto (Mateo 5:27-30).

La infidelidad es parte de las aberraciones que practicaban los pueblos asentados en Palestina como nos dice Levítico 18:20-30

La maldad de los amorreos era tan grande que se echaban varones con varones y varones con animales. Su perversión llegó a niveles nunca antes visto y las naciones se corrompieron hasta que la  tierra figuradamente los vomitó. Los actos contrarios a la naturaleza son rechazados por la misma naturaleza, la cual reacciona con gemidos indecibles de dolor (enfermedades, trastornos sicológicos, muerte, etc.)

Esta sociedad  de hoy  está pervertida y le llama  bueno a lo malo y a lo bueno le llama malo (Isaías 5:20-21). Mientras Dios le llama abominación a las relaciones homosexuales, contaminación a las relaciones infieles (adulterio) y le llama perversión a las relaciones de humanos y animales, la sociedad le llama derechos civiles. Las personas que practican estas cosas están expuestas a las mismas consecuencias que los amorreos. Esta declaración no es una declaración de odio ni de discriminación contra los que practican estas cosas, es una declaración de que esa práctica está mal y en vez de promoverla hay que corregirla.

Pablo les dice a los corintios: Pero vosotros cometéis el agravio y defraudáis, ¡y esto a los hermanos! ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,  ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios (1 Cor 6:7-10).

No se debe practicar el pecado de la infidelidad (adulterio) porque  quienes lo hagan no entrarán en el reino de Dios. La práctica de las relaciones sexuales son únicas y propias del matrimonio.


domingo, 8 de febrero de 2015

Sexto Mandamiento: No Mataras - Éxodo 20:13

Pastora Belkis Fernández

No mataras significa no solo privar a alguien de vivir intencionalmente y cometer un asesinato, sino también  perjudicar a alguien con actitudes de odio, desprecio y palabras. En Mateo 5:21-25, Jesús amplió este mandamiento diciendo: “21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio…"

Es homicida aquel que en su corazón tiene odio. La Escritura dice: Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida y ningún homicida tiene vida eterna. (1 Juan 3:15). Caín,  asesinó a su hermano Abel; pero antes de matarlo su rostro  estaba decaído,  y aun así Dios le advirtió que el pecado estaba a la puerta. Para muchos la vida no tiene valor, de ahí que optan por el suicidio, otros desahuciados por  una enfermedad optan por la eutanasia, al igual que el aborto que es matar la vida de un inocente. El pecado está arrastrando tanto a la humanidad que el lenguaje que se escucha es de sicarios, delincuencia organizada, ventas de órganos, entre otros. Jesús quiere evitar todo esto y enfocarse en la prevención, de ahí que fue más allá, e incluyó el enojo, el abuso verbal y la difamación, entre otros, para evitar que se llegue a la crueldad de cometer un homicidio.

Para el “abuso verbal”; por lo menos en Canadá,  no hay condena ni juicio de llevar a la corte; pero el resultado  en muchos hogares es de muerte y destrucción emocional, espiritual y hasta física. En conclusión, controlemos nuestro carácter-temperamento, fomentemos el amarnos los unos a los otros, acudamos al perdón, cuidemos nuestros labios y apartémonos del pecado.


domingo, 1 de febrero de 2015

Quinto Mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre - Éxodo 20:12

Pastora Belkis Fernández

Honra a tus padres con palabras, hechos, gestos, actitudes y cuida de ellos. Honrar significa respetar, dar mérito y premiar a alguien. (Dicc. Larousse 2004). A los padres hay que honrarlo por su rango de padre, diseñado por el mismo Dios. Si deseas que te vaya bien, hónralo, es el  primer mandamiento con promesas. Efesios 6:2-3. Jesús observó la indiferencia de hijos hacia sus padres, decían Corbán, que significaba ofrenda a Dios y daban más mérito a las tradiciones; invalidando la Palabra de Dios. Marcos 7:11-13.

Es mucho más grande el desafío cuando los padres son inmigrantes y no hablan el idioma que sus hijos hablan. Hay  hijos que se avergüenzan de sus padres, otros los ignoran porque no saben manejar la comunicación cibernética, otros se avergüenza de su cultura y hasta de su propia identidad.

Deshonrar a los padres, es deshonrar al mismo Dios.  El apóstol Pablo reconoce que en los últimos tiempos esos espíritus de hijos rebeldes atacarían a esta sociedad. (2 Timoteo 3:1). Como osa herida o como guerreros espirituales debemos mantenernos ante el Altísimo. El temor a Dio es determinante para  que  los hijos sean corona de los padres en la vejez.

Hijos, dirígete a tus padres con un vocabulario de respeto,  no hable de sus errores. Si eres padre, no deforme a tus hijos. Enséñale a ser dócil, sumiso, a aceptar la reprensión, a ser obediente y respetuoso; este es un ejercicio de la vida diaria. La Biblia es el mejor recurso para formar a nuestros hijos. Calendariza todos los años estudiar Proverbios y Eclesiastés con tus hijos, ahí vas a encontrar el lenguaje de: Oye, guarda, obedécele, reten  y no olvides mis mandamientos.