domingo, 24 de junio de 2018

La Carrera de la Fe

Lectura: Hebreos 12:12-17
Pastora Belkis Fernández

El autor de Hebreos nos habla de la carrera de la fe, para animarnos a despojarnos de todo lo que impide correrla con paciencia. Uno de los problemas que puede enfrentar el que corre la carrera de la fe, es poner su mirada hacia otro lado de la meta o de los que están en la competencia y esta acción de ver a los demás, nos saca de los propósitos de la fe.

Parte de los procesos del que anda en la carrera de la fe, son los siguientes:
  1. El sufrimiento, para ayudarnos a mantener el ánimo 
  2. La disciplina, como parte del plan de Dios para que podamos dar frutos 
  3. El amor fraternal para colocar a prueba nuestra fe, en la convivencia y unión con el cuerpo de Cristo. 
¿Aceptamos la corrección de Dios o la rechazamos? Job 5: 17-18

Por más difícil que sea nuestro problema, debemos correr de tal manera que nuestros brazos y nuestras rodillas estén activos en movimiento de oración. La circunstancia no debe movernos de mirada hacia otro lado que no sea la meta mirando a Jesús. Dios utiliza el sufrimiento, medidas de disciplina y nos pone a prueba en nuestra relación fraternal para conocer nuestra integridad y compromiso con el autor de nuestra salvación.

Estamos expuestos a cometer errores y es importante la disciplina y el consejo a tiempo. Dejemos que el Espíritu Santo quien es un genuino entrenador haga de nosotros verdaderos corredores con todo el potencial de ganar. De lo contrario pagamos grandes consecuencias y hasta podemos perder la vida y la salvación.

domingo, 17 de junio de 2018

El Poder de la Fe

Lectura: Marcos 11:20-26
Pastor Pedro Julio Fernández

Uno no puede orar a Dios y al mismo tiempo dudar. Los problemas que a diario enfrentamos son como montañas que pueden ser removidas por una firme creencia en Dios. Pide sin dudar porque “cualquiera” que pide creyendo, lo recibirá. Creer en Dios no es un patrimonio de un grupo selecto, sino de cualquiera persona que lo haga confiando en Dios.

El mismo Jesús creía y confiaba en Dios y por eso las cosas ocurrían. Por el eso le dijo a Pedro que tuviera fe en Dios, que creyera y que no dudara.

Cuando Santiago aborda el tema de la fe y la duda en Santiago 1 dice que el que pide sin fe es de doble ánimo y que no va a recibir nada de Dios, ya que es inconstante como las olas del mar. En el cap. 4 Santiago recomienda a los de doble ánimo que purifiquen primero sus corazones.

El libro de Hebreos recomienda acercarnos a Dios creyendo que Dios existe y que Dios se agrada y galardona a tales creyentes.

Es grande el poder de la fe porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos al dominar imperios y conquistar reinos y hacer justicia. Ahora Jesús dice que un problema (montaña) se mueve mediante la fe en Dios (Marcos 11:23).

La fe viene por el oír la palabra de Dios y Dios la ha enviado a todos, para que todos tengan la misma oportunidad de ser salvos y de vivir por fe. Cuando Jesús usa la palabra “cualquiera” es para no excluir a nadie, pero también para que todos sepan que la fe no es un patrimonio de un grupo selecto. También el poder de la fe está radicado en la capacidad de perdonar (Marcos 11:25-26).

domingo, 10 de junio de 2018

La Palabra Implantada

Lectura: Santiago 1:21-27
Pastora Belkis Fernández

¿Para qué y por qué venimos a la iglesia a escuchar la Palabra de Dios? Hay una labor que el Espíritu Santo va produciendo en cada uno de los creyentes y es el quitar o despojar áreas de nuestras vidas que necesitan ser transformada. El problema está en el corazón, de ahí que Santiago aconseja que debemos recibir con mansedumbre la Palabra implantada para poder salvar nuestras almas.

¿Cómo proceder para que la Palabra quede implantada?
  1. Prestando atención a la instrucción. Pedir discernimiento, agarrar la palabra, tener intuición. Nehemías 8:1-8 
  2. Removerlo que hay plantado (en el corazón) murmuraciones, odio, resentimiento, problema de carácter, ira, palabras descompuesta, entre otras prácticas pecaminosas. 
  3. Implantar la Palabra del evangelio, las buenas noticias. El primer paso es desarrollar el oído. Oír con un propósito, oír para accionar. 
Problema central que plantea Santiago:
  1. El oidor olvidadizo, que se considera a sí mismo y se olvida cómo era. Ve en el espejo su fisonomía propia, su apariencia natural y se olvida. 
  2. El que no controla su lengua. La pureza del corazón se refleja en la lengua. Mateo 12:36 
  3. El que resuelve su problema con la ira y la violencia, creyendo que aplica justicia. 
Desecha todo pecado que te lleva a no desarrollar el oído espiritual. Toma en serio los cambios que necesitas hacer en tu vida, asume la responsabilidad de practicar lo que oyes. Utiliza la Palabra de Dios y mírala como un espejo, déjala implantada y que abunde en frutos. Ocúpate del servicio y deja de concentrarte en ti mismo o en convertirte en un/a maestro/a arrogante.

Me imagino a Santiago diciéndote, ¡Pruébate a ti mismo y mira si el evangelio es eficaz en tu vida!


domingo, 3 de junio de 2018

Jesús Perdona y Sana a un Paralítico

Lectura: Mateo 9:1-8
Pastora Belkis Fernández

En esta ocasión Jesús cruzó al otro lado del lago para llegar al pueblo de Capernaum, donde vivía y allí, algunas personas le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Jesús observó la fe puesta en operación por esas personas que lo llevaron y le dice al paralítico, ten ánimo hijo, tus pecados te son perdonados. En el ambiente no faltó la murmuración hacia Jesús y le dijeron que era un blasfemo. No reconocieron su autoridad y su deidad. Jesús les hizo dos preguntas: ¿Por qué pensar mal en nuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir los pecados te son perdonados o decir, levántate y anda? Jesús les aclaró su identidad de que era el Hijo de Dios y le dijo al paralítico, levántate, toma tu cama y vete a tu casa. La gente glorificaba a Dios.

¿Que aprendemos de este pasaje de la Escritura?

1. Jesús sabe apreciar la sinceridad y la fe de los que te rodean y buscan llevar al necesitado a Cristo, así como llevaron a este paralítico. El admiró la fe de ellos.

2. Jesús se dirigió con ternura, le dijo hijo y empleó su divinidad como una evidencia de que es Él es el Hijo de Dios. Le dijo al paralítico, tus pecados te son perdonados, parece que su parálisis estaba conectada con algún pecado que había cometido y quizás estaba en un estado de culpabilidad.

3. Jesús cuestionó los malos pensamientos. El Señor conoce las intenciones de los corazones. Las murmuraciones y la duda no edifican y Dios está al tanto de todo.

4. La gente glorificó a Dios por las maravillas de este milagro y Jesús lo mandó para su casa.