Pastora Belkis Fernández
Es muy común si alguien tiene problemas aconsejarle descansa y duerme para que puedas aliviarte. Las amenazas, los ataques y los problemas que David tuvo con su hijo Absalón no le impidieron el sueño y él pudo decir “yo me acuesto, y me duermo, y vuelvo a despertar porque tú vigilas mi sueño.
¡Qué confianza!
Dios vigila nuestro descanso, pero asegúrate de no excluir a Jesús en tu descanso, vacaciones o días libres. ¡Qué maravilloso es vivir bajo su gracia! Dormimos bien sin depender de la medicina, a pesar de que la medicina no es mala. Me imagino a David, saliendo de su palacio, sintiéndose impotente, huyendo de su hijo y reconociendo que el problema estaba agrandándose. Los demás lo veían con lastima y sin expectativa de solución. El clamó y Jehová le respondió.
Las ansiedades, la depresión, las tantas preocupaciones y el estrés pueden desajustar nuestra salud mental y aun afectar el sueño. En otra ocasión David pudo decir “Despierto y aún estoy contigo” o tarde y mañana y a mediodía oraré y oirá mi voz. El descanso es saludable, Jesús mismo en Marcos 6:31, les dijo a sus discípulos, vamos a un lugar tranquilo para descansar a solas y se fueron con Jesús a un lugar apartado.
David termina este salmo pidiendo por una bendición colectiva, y le dice al Señor, ¡Bendice a tu pueblo! ¿Podemos bendecir a los demás, a pesar de nuestros problemas? ¿Es solo el descanso pasar horas viendo televisión, o en el internet, o salir a la playa? No es malo, pero conéctate con Jesús, vigila tu agenda diaria y no excluyas tu espiritualidad.
domingo, 17 de agosto de 2014
domingo, 3 de agosto de 2014
Consejos sobre la vida Cristiana - Hebreos 12:12-17
Pastora Belkis Fernández
La disciplina y en ocasiones el sufrimiento son parte del entrenamiento de Dios para formar nuestro carácter. Hay que alentar y animar al que se encuentra desanimado. Una vida suave y de placer a la larga esto le desagrada a Dios y podemos perdemos su gracia.
Así como los padres por amar disciplinan a sus hijos, así Dios nos disciplina por amor y nos aconseja:
1. Levantad las manos caídas
2. Levantad las rodillas paralizadas
3. Haced sendas derechas para vuestros pies
4. Sanad al cojo para que no se salga del camino
5. Seguid la paz y la santidad
El autor de hebreos, nos habla de dos ejemplos que pueden llevarnos a caer de su gracia. El de la planta amarga mencionada en Deuteronomio 29:18-19, recordándonos que hay personas que son como una planta amarga como la hiel, la cual produce una raíz contaminante. ¿Cómo una persona en amargura puede predicar de la gracia de Dios? El otro ejemplo es el de Esaú, el cual priorizó lo temporal, lo externo. Esto trae estorbo, raíces de rencor, odio y menosprecio, de manera que muchos son contaminados.
El desánimo espiritual hay que combatirlo levantando las manos caídas y las rodillas paralizadas, enderezando camino a través de las Escrituras, sanando al cojo y siguiendo la paz y la santidad. No corriendo con el modelo del mundo de apariencia física, de materialismo y de la vanidad.
La disciplina y en ocasiones el sufrimiento son parte del entrenamiento de Dios para formar nuestro carácter. Hay que alentar y animar al que se encuentra desanimado. Una vida suave y de placer a la larga esto le desagrada a Dios y podemos perdemos su gracia.
Así como los padres por amar disciplinan a sus hijos, así Dios nos disciplina por amor y nos aconseja:
1. Levantad las manos caídas
2. Levantad las rodillas paralizadas
3. Haced sendas derechas para vuestros pies
4. Sanad al cojo para que no se salga del camino
5. Seguid la paz y la santidad
El autor de hebreos, nos habla de dos ejemplos que pueden llevarnos a caer de su gracia. El de la planta amarga mencionada en Deuteronomio 29:18-19, recordándonos que hay personas que son como una planta amarga como la hiel, la cual produce una raíz contaminante. ¿Cómo una persona en amargura puede predicar de la gracia de Dios? El otro ejemplo es el de Esaú, el cual priorizó lo temporal, lo externo. Esto trae estorbo, raíces de rencor, odio y menosprecio, de manera que muchos son contaminados.
El desánimo espiritual hay que combatirlo levantando las manos caídas y las rodillas paralizadas, enderezando camino a través de las Escrituras, sanando al cojo y siguiendo la paz y la santidad. No corriendo con el modelo del mundo de apariencia física, de materialismo y de la vanidad.
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