domingo, 24 de noviembre de 2019

Espera en Dios

Lectura: Isaías 40:28-31
Pastora Belkis Fernández

El pueblo de Dios iba hacia el cautiverio en Babilonia y pensaron que Dios se había olvidado de ellos o los había ignorado. El profeta Isaías levanta el nombre de Jehová y le dice: “Tú debes saber que Dios no se cansa como nosotros; debes saber que su inteligencia es más de lo que imaginamos. Y debes saber que su poder ha creado todo lo que existe”. Isaías 40:28 TLA.

El Señor se coloca al frente de nuestras batallas y no importa si la condición del pueblo es débil, o con pocas fuerzas; su plan es levantar al caído. ¿Qué ejemplo le menciona el profeta Isaías? El de los muchachos y de los jóvenes. ¿Por qué? Porque cuando el ser humano está en las óptimas condiciones es cuando es joven y es la etapa de la vida donde hay más vigor y energía.

Aun cuando más fuertes podemos estar, la realidad es que los jóvenes y los muchachos también se cansan. No solo son los adultos mayores que por naturaleza ya no tienen las mismas fuerzas. Dios promete que no importa en la fase de la vida en que te encuentras; si espera en Dios; eres beneficiario de su gracia y podrás caminar en esta vida.

Dios te levanta en este día y podemos decir: Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40: 29-32.RV60. Esperemos en Dios, él siempre llega a tiempo y nos rescata de la situación en que nos encontremos.

domingo, 17 de noviembre de 2019

¿En qué hemos menospreciado tu nombre?

Lectura: Malaquías 1:6-7
Diego Santos

Hoy en día queremos normalizar la maldad, mancillando el pecado. Y en todo esto nos preguntamos, ¿en qué hemos menospreciado tu nombre?

En qué haciendo lo malo queremos ser reconocidos y distinguidos como buenos, así como Caín.
La normativa de la vida secular quiere marcar las pautas en que debemos vivir diciéndonos que lo malo es bueno y que lo bueno es malo (Isaías 5:20-25)

Nosotros los cristianos como luz y sal de la tierra debemos vivir como luminarias en este mundo. Sabiendo que Dios es santo y que nosotros debeos ser santos como él es. En Corinto había una iglesia que normaliza lo mal hecho y lo luego se jactaban de eso hasta que Dios le envió una carta con Pablo reprendiendo esta conducta (1 Cor. 5).

El pueblo de Dios en tiempos de Malaquías hacía cosas malas y cuando Dios los redargüía de sus faltas, se justificaban a sí mismo diciéndoles a Dios que en qué ellos habían fallado.

No debemos practicar el pecado y mucho menos justificarlo como normal y agradable ante los ojos de Dios. Las obras de las tinieblas y las obras de la carne deben ser reprendidas vigorosamente por cada uno de nosotros.

Reflexión y exhortación al oyente, en que se cuide del camino de Caín.

domingo, 10 de noviembre de 2019

El Valor de la Humildad

Lectura: Lucas 18:9-14
Pastor Pedro Julio Fernández

Dos personas van al mismo lugar, pero van con objetivos distintos. La casa de Dios es llamada casa de oración para las naciones (Isaías 56:7 y Mateo 21:13), pero las personas la pueden convertir hasta en cueva de ladrones y lugar de prejuicios y discriminaciones.

La parábola vino a colación porque personas se justificaban de buenos y discriminaban a otros por malos. Entran al templo a orar un religioso judío de la secta de los fariseos y un odiado colector de impuestos. El primero se justificaba así mismo como justo, el segundo solo clamaba misericordia y piedad por sus pecados.

Dios es quién oye nuestras peticiones y quien responde a ellas. Dios no se deja llevar de las apariencias, pues él mira lo de adentro (siete veces dice en Apocalipsis 2 y 3 que él conoce nuestras obras y que escudriña mente y corazón).

Uno puede orar a Dios en la pose que más le convenga, pero doblar rodillas es la forma más humillante de la oración. Pablo la practicaba como se narra en Efesios 3:14. Jesús oraba de rodillas (Lucas 22:41), Esteban oro y murió de rodillas (Hechos 7:60) y Elías lo hizo también como se narra en 1 Reyes 18:42.

Hermanos, no hablen mal de los demás. El que habla mal del otro, o lo critica, es como si estuviera criticando a la ley de Dios, o hablando mal de ella. Lo que ustedes deben hacer es obedecer la ley de Dios, no criticarla.  Dios es el único juez. Él nos dio la ley, y es el único que puede decir si somos inocentes o culpables. Por eso no tenemos derecho de criticar a los demás (Santiago 4:11-12 Versión de la Biblia Lenguaje Actual).

Los que se justifican a sí mismos se ensalzan y dan un reporte de buena conducta a Dios, pero son humillados. Los que se humillan reconocen sus faltas y son ensalzados por el Señor.

Justificó al colector de impuestos porque se humilló. La humillación es de gran precio y valor ante los ojos de Dios. 2 Crónicas 7:14 es un llamado honesto y sincero de Dios a su real pueblo para qué se humille.

domingo, 3 de noviembre de 2019

Sembrando la Palabra de Cristo

Lectura: Mateo 13:1-9
Pastora Belkis Fernández

Me imagino a Jesús, hablando con los trabajadores del campo, observando su arduo trabajo y las dificultades que tenían que enfrentar en terrenos complicados, sembrando y muchas veces recogiendo pocos frutos. Jesús en esta ocasión les comparte en parábolas, cuatro tipos de terrenos donde cae la semilla que ha sido sembrada.

  • Semillas que caen junto al camino. Poco después vinieron unos pájaros y se las comieron.
  • Semillas que cayeron en pedregales. La tierra era poco profunda, no tenían buenas raíces y se quemaron cuando salió el sol.
  • Semillas en espinos. Al crecer los espinos, apretaron las espigas de trigo y no las dejaron crecer.
  • Otras en buena tierra. Estas dieron fruto, cual a 100, 60 y 30 %.

Las que cayeron junto al camino, no le dieron tiempo a recibir la verdad y el enemigo rápidamente arrebató la semilla que ha quedado en la superficie. El que sembró en pedregales, respondió con motivación, pero no hubo arrepentimiento profundo, al venir la aflicción y recibir los golpes de la vida, se secaron. El que fue sembrado en espinos, el afán y las riquezas de este siglo, ahogaron la Palabra. El que sembró en buena tierra no solo oyó la Palabra, sino que también la entendió. Estos obtienen buenos resultados y producen frutos en diferentes proporciones.

El comentario Bíblico Beacon les llama, ‘El cuarteto de los corazones humanos’. El primero de corazón imposible, el segundo el corazón superficial, el tercero el corazón estrangulado y el cuatro el corazón constante’.

¿Quiénes están dispuestos a aceptar y obedecer la Palabra? ¿Con que actitud recibimos el mensaje de Jesús? Siembra la buena noticia, anuncia las buenas nuevas de salvación, y recuerda que solo apreciarán aquellos que tienen sus oídos abiertos.