domingo, 17 de junio de 2018

El Poder de la Fe

Lectura: Marcos 11:20-26
Pastor Pedro Julio Fernández

Uno no puede orar a Dios y al mismo tiempo dudar. Los problemas que a diario enfrentamos son como montañas que pueden ser removidas por una firme creencia en Dios. Pide sin dudar porque “cualquiera” que pide creyendo, lo recibirá. Creer en Dios no es un patrimonio de un grupo selecto, sino de cualquiera persona que lo haga confiando en Dios.

El mismo Jesús creía y confiaba en Dios y por eso las cosas ocurrían. Por el eso le dijo a Pedro que tuviera fe en Dios, que creyera y que no dudara.

Cuando Santiago aborda el tema de la fe y la duda en Santiago 1 dice que el que pide sin fe es de doble ánimo y que no va a recibir nada de Dios, ya que es inconstante como las olas del mar. En el cap. 4 Santiago recomienda a los de doble ánimo que purifiquen primero sus corazones.

El libro de Hebreos recomienda acercarnos a Dios creyendo que Dios existe y que Dios se agrada y galardona a tales creyentes.

Es grande el poder de la fe porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos al dominar imperios y conquistar reinos y hacer justicia. Ahora Jesús dice que un problema (montaña) se mueve mediante la fe en Dios (Marcos 11:23).

La fe viene por el oír la palabra de Dios y Dios la ha enviado a todos, para que todos tengan la misma oportunidad de ser salvos y de vivir por fe. Cuando Jesús usa la palabra “cualquiera” es para no excluir a nadie, pero también para que todos sepan que la fe no es un patrimonio de un grupo selecto. También el poder de la fe está radicado en la capacidad de perdonar (Marcos 11:25-26).

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