No hay dudas, ni por qué estar turbados, en un periodo de 40 días el Señor Jesús mostró evidencias de su resurrección. No era una alucinación, ni una imaginación, fue un hecho real y palpable. Desafió a sus discípulos diciéndoles “miren mis manos y mis pies; palpad, un espíritu no tiene carne ni hueso”. Aún tenía las cicatrices de su crucifixión. El Mesías prometido ha resucitado y su muerte en la cruz fue muestra de su amor eterno. El verbo era Dios y habitó entre seres humanos y hoy es urgente que su cuerpo, que es su iglesia, lleve el mensaje de arrepentimiento y perdón, y que testifique la victoria del Cordero.
Veamos evidencias de su aparición y ascensión:
• Jesús apareció durante cuarenta días, predicando y enseñando. Hechos 1:3
• Y cuando le vieron le adoraron, pero algunos dudaban Mateo 28:17
• Apareció a dos de sus discípulos camino a Emaús. Lucas 24:13-27
• Y lo reconocieron al partir el pan. Lucas 24:35
• El Señor resucitado visita a sus discípulos. Lucas 24:36-43
• Estaban juntos, en Jerusalén esperando la promesa del Espíritu Santo. Hechos 1:4
• Jesús nos comisiona y nos promete. Lucas 24: 49 y Hechos 1:8
• Nos envía a ser testigos comenzando en nuestro territorio local. Hechos 1:8
• La ascensión de Jesús. Lucas 24:50-53
• Jesús fue levantado y lo recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Hechos 1:9
¿Cuál es nuestra responsabilidad? Que el Señor nos abra el entendimiento de las Escrituras. (Lucas 24:44-45). Ser hijos obedientes, yendo al mundo y produciendo seguidores de Cristo, siendo investidos del poder de Dios para liberar al cautivo, transformar vidas, sanar al enfermo y continuar su obra redentora aquí en la tierra.
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