domingo, 8 de marzo de 2015

Noveno Mandamiento: No hablar falso testimonio

Lectura: Éxodo 20:16
Pastora Belkis Fernández

Los creyentes no podemos rebajarnos al chisme, ni hablar falso testimonio ya que nuestros estándares de santidad deben reflejarse en cada palabra que expresamos en nuestros hogares, en el trabajo, en la iglesia y aun en una conversación telefónica.

¡Qué fácil es dañar la reputación de alguien! Seamos cuidadosos de no hablar una información que no es la correcta. No  toda la verdad se dice;  no se convierta  en un personal de una agencia  publicitaria. Maneje la verdad con discreción; sea parte de la solución y no del problema. Pienso en Job, cuando en su momento de prueba sus amigos acabaron con su reputación y ¡cuánto le dolió! Puede que conozca en parte la verdad, pero no toda la verdad.

Salomón, lo explica mejor en Proverbios 6 al retratar al hombre malo como aquel que tiene perversidad de boca y en su corazón.  El que siembra  discordia trae separación, odio y malos entendidos. Dentro de las seis cosas y aun siete que aborrece el Señor, está el testigo falso que habla mentiras y el que siembra discordia entre hermanos. La discordia es sinónimo de desacuerdo, disconformidad,  discrepancia, desavenencia y oposición. Ni siquiera hay medicina para el que siembra discordia según Salomón. No lo que entra en la boca contamina; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre, expresó Jesús en Mateo 15:11.

¿Por qué la amistad que tenías con alguien no es como antes? Puede que alguien  sembró discordia y envenenó su corazón. No destruyamos la relación de hermandad, no seamos participes de la calumnia, ni de exageraciones y rumores.  Cuidemos nuestra lengua.


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