domingo, 5 de julio de 2015

La Gracia de Dios en medio del Enojo

Lectura: Génesis 6:5-8
Pastora Belkis Fernández

Dios mira la maldad y el desenfreno de la humanidad y decide ponerle límites en la tierra, diría Dios no vale la pena darle largura de vida. Siempre habrá algo que saque de quicio a la humanidad. La mezcla con personas descendientes de Caín, la vida sensual y carnal, provocaron que Dios se sienta enojado y decepcionado por el rompimiento del orden creativo.

Ciertamente el pecado se repite, degenerando la divulgación de la mentira con una envoltura de verdades y  de justicia social. Dios no es un déspota caudillista, pero hay una reacción de su parte y es arrepentirse de haber creado a la humanidad. En cada época hay que enfrentar un nuevo desafío  y hoy no es la excepción, ya que hay una permutación en los valores de la sociedad y es penoso al ver que es acreditado  por la sociedad civil y política.

En medio de la ira y lo herido que estaba Dios en su corazón; Dios se fijó  en un hombre llamado Noé, pues por su buena conducta decide cubrirlo bajo su gracia. ¿Qué significa su gracia? ¿Qué pasa cuando la maldad va en aumento? El arca de salvación está abierta todavía podemos entrar y mediante Jesucristo, ser justificados por la fe.  El apóstol Pablo expresó que cuando el pecado abunda, sobreabunda la gracia de Dios. (Romanos 5:20). Valoremos su gracia, pues ningún ser humano tiene los méritos ni la perfección de sus obras; pero  así como Noé encontró gracia así tenemos la oportunidad de vivir en gracia ante los ojos de Dios o dejarnos arrastrar por el diluvio del pecado.

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