Lectura: Salmo 90:10-12
Pastora Belkis Fernández
Crear conciencia de lo transitorio que es la vida, no es sinónimo de tragedia, sino de alcanzar la madurez y el entendimiento para depender de Dios y someternos a su soberanía. Esta oración de Moises proviene de la realidad del pueblo de Dios cuando salió de Egipto y entraron al desierto de veinte años en adelante, pero cuando ya tenían cierta edad, entendieron lo frágil que era la vida y el promedio de vida era más breve. Moisés, quien escribe este salmo superó esos años, pues vivió 120 años (Deuteronomio 34:7).
Por más que evitemos reflexionar en la brevedad de la vida; no podemos olvidar que del polvo nos hizo Dios y al polvo volveremos. Esta oración nos motiva a actuar con sabiduría en nuestros corazones y entender que hay un final para todos, pero no tenemos que ser pesimista sino sabios. Moisés en este salmo, reconoce que Dios es Dios y tiene potestad para quebrantar al ser humano, que su tiempo es distinto al nuestro, pues mil años es como el día de ayer, observa que la vida es como un torrente súbito, como un sueño, como una hierba que crece y expresa que acabamos nuestros años como un pensamiento.
Este salmo es un desafío a sensibilizarnos ante Dios y a no olvidar que todos compareceremos ante su Trono. Dios es eterno y podemos decirles, ¡Enséñanos a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría!
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