domingo, 19 de febrero de 2017

Llenos del Espíritu Santo

Lectura: Efesios 5:15-21

Pastora Belkis Fernández

El apóstol Pablo insta a ser diligentes en ser sabios, utilizando nuestro entendimiento para llegar a conocer la voluntad del Señor. Tenemos la opción de ser sabios o necios. Estamos viviendo en escenarios de mucho peligro, es como si estuviéramos caminando en un terreno movedizo, lleno de charcos; o lleno de dinamitas; que ponen en peligro nuestras vidas.

Pablo aconseja y nos dice, no te embriagues, no te dejes conducir por los excesos que ofrecen el mundo y la carne; al contrario, debemos estar llenos del Espíritu Santo. Cuando somos llenos del Espíritu de Cristo, hay cánticos, hay adoración y agradecimiento hacia la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nuestras actitudes se sujetan a Jesús y se considera la mansedumbre de tal manera que aprendamos a someternos los unos a los otros. 

El resultado de la llenura del Espíritu es una adoración que sale de un corazón genuino, un corazón repleto de agradecimiento, y de labios que expresan salmos, himnos y cánticos espirituales. Organicemos nuestra agenda, tengamos una buena mayordomía de nuestra espiritualidad, de tal manera que, si hay algún tipo de problemas o aflicción, demos siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

En Hechos 2:4, encontramos que en la iglesia primitiva todos fueron llenos del Espíritu Santo, Juan, el hijo de Zacarías y Elisabeth, fue lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre (Lucas 1:15); evitemos que nos pase como el rey Saúl, que por su desobediencia fue desechado y el Espíritu Santo se apartó de él, tenía David que tocarle el arpa para aliviar su estado espiritual.


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