domingo, 8 de abril de 2018

El Maná, Pan Temporal. Jesús, Pan de Vida Eterna

Lectura: Juan 6:31-35
Pastor Pedro Julio Fernández

La comida que comió el pueblo hebreo era temporal, ellos debían recogerla cada día menos el sábado. Esa comida era buena, gustosa, nutritiva y era como la semilla del cilantro, blanco, y su sabor era como de hojuelas con miel (Éxodo 16:31).

El pueblo iba, lo recogía y lo molía entre dos piedras de molino, o lo machacaba en el mortero, y lo hervía en el caldero y hacía tortas con él; y tenía el sabor de tortas cocidas con aceite (Números 11:8).

Hubo maná por cuarenta años hasta que llegaron a la tierra prometida (Josué 5:12). Todo eso hace del mana una comida temporal que solo era la sombra de lo verdadero y perdurable.

Jesús se presentó en el evangelio de Juan con siete “Yo soy” y uno de ellos es ser el pan de vida eterna. Rápidamente su declaración se convirtió en tema de discusión con los judíos. Jesús hizo una correcta aplicación del alcance y bendición del pan que Dios envió a través de Moisés y de él mismo como pan que sacia para vida eterna.

La mejor bendición por el mayor alcance esta en recibir a Cristo como Señor y Salvador, este es el equivalente de comer pan eterno, pues El, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, SE SENTO A LA DIESTRA DE DIOS (Hebreos 10:12).

Jesús es autor y garante de la salvación de todos los creyentes, él como pan es una comida que sacia para siempre el hambre y la sed de la salvación. Uno no vuelve a padecer de esa necesidad y tenemos la seguridad en su palabra. Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed (Juan 6:35).

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