domingo, 24 de mayo de 2020

La Soberbia Humana

Lectura: Génesis 11:3-6
Pastora Belkis Fernández

Después del diluvio, la generación de Noé se estableció en la llanura de Sinar. En ese tiempo había una sola lengua y Dios les había dicho que se esparcieran sobre la tierra. Edificaron una ciudad y una torre, usando ladrillos en vez de piedras, asfalto en vez de mezcla.

¿Con qué propósito querían construir una ciudad y una torre? Por si acaso Dios los esparcía sobre la faz de la tierra, pudieran reunirse de nuevo usando la torre como guía.

Además de su manifiesta soberbia en llevarle la contraria a Dios, apetecían de gloria, grandeza y fama. Parte de del plan era ponerle nombre humano a la obra que pretendían hacer, para glorificarse ellos y no a Dios.

Dios vio la unidad que tenían y se dio cuenta que nada los iba a hacer desistir de semejante soberbia para hacerla obra, por lo que la santa Trinidad tomó la decisión de cambiar el idioma común en muchos idiomas para forzarlos a detenerse y a esparcirse.

Dios los esparció y así dejaron de construir la torre, la cual se le llamó Babel, que significa confusión.

Hoy se habla de la globalización, de un contrato social y de la tecnología, pero ahí no está la solución del problema del hombre. Ningún sistema político, social y económico o religioso puede resolver el problema de pecado. Hay muchos altares que tienen que caer, el ser humano necesita a Jesús.

Cuidado con la arrogancia, el material mismo, el exhibicionismo, la competencia y tantos poderes. Solo Dios puede hacer que puedan convivir el cordero con el lobo. Deja la arrogancia y ponte a cuenta con tu Creador. ¿En qué fase se quebró su proyecto? ¿Cuál es esa torre que te puede llevar a la confusión? Levanta el nombre de Cristo en tu vida. No imponga tu egoísmo acosta de los demás.

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