domingo, 9 de febrero de 2014

Los Primeros Discipulos - Lucas 5:4-11

Pastora Belkis Fernández

Nuestras condiciones a veces no son tan favorables en el momento en que Jesús nos llama. Quizás nos encontramos como los discípulos, limpiando las redes, ocupados pero sin ver los frutos. Entendemos que todo creyente cuenta con el llamado de Dios, en ningún momento Jesús nos habla del laicado y del clero, o abdica responsabilidad a los menos sabios y nos dice esa no es tu responsabilidad, sino más bien, entendía que así como el Padre y El eran uno, así tenemos que ser uno con El.

Jesús observó la frustración de los discípulos y la posibilidad de no llevar el sustento a su familia. Dijo a Pedro,  entrad mar adentro y echad las redes. Jesús no era un experto pescador, pero donde llegaba resolvía y sigue ofertándonos su gracia. Pedro no vaciló en responderle: hemos pasado toda la noche trabajando.  Pedro fue humilde y reconocía la autoridad de Jesús.  Al obedecer, ellos lograron pescar tanto que las redes se rompían. 

Dios nos llama a todos y muchos han intentado echar la red por sí mismos y no han podido pescar.  No echemos la red por nuestra cuenta; busquemos que sea Jesús quien respalde nuestro llamado, las decisiones que tenemos que tomar, el trabajo a desempeñar y los planes que tenemos por delante. Los discípulos pidieron ayuda, de ahí que había un trabajo en equipo. Pedro se atemorizó al ver el milagro poderoso de Jesús. Puede ser que estés cansado, pero aún puedes decirle a Jesús: “en tu Palabra echaré la red”. No te des por vencido, escucha las Escrituras, obedece al llamado y mantente humilde.







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