Pastora Belkis Fernández
La palabra huérfanos, en griego significa ‘orfanos’, que significa la falta de protección o ausencia de los padres.
(Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español).
Los huérfanos están desprovistos de cuidado, atención y de afecto. Al no tener paternidad, la persona actúa sin ningún patrón bíblico de referencia y expuestos a cualquier viento de moda que trae su ambiente social. Jesús dijo no os dejare huérfanos, vendré a vosotros. No estamos solos, el Espíritu de verdad nos trae consuelo, pero es necesario examinar los espíritus, para no caer en espíritus de mentira y de error.
Es necesario pagar el precio y enfrentar el reto de no validar asuntos que Dios rechaza, poner límites a la cultura, ya que Jesús está por encima de nuestra idiosincrasia, abandonar lo que es incompatible con tu fe. El creyente verdadero tiene una conducta un tanto anormal, atípica y en contra de las corrientes de este mundo. El desafío es mayor cuando obviamos nuestras responsabilidades y no hacemos una apología de nuestra fe con una vida fructificada en el Espíritu. (Efesios 5:22-24)
Las despedidas son dolorosas y Jesús les prometió no dejarlos huérfanos, o desamparados sino que el Espíritu Santo estaría con sus discípulos, así como está con nosotros. El Espíritu Santo esta para asistirnos y esto produce gozo, ya que no andamos como huérfanos, sino más bien con cobertura paterna. El apóstol Juan, en este texto bíblico también nos recuerda las siguientes promesas:
- Igual o mayores cosas que las que Jesús hizo, haremos
- Promesas de pedir en el nombre de Jesús y el responderá
- Promesas de tener el Espíritu de Verdad
Si amamos a Jesús no seremos huérfanos. Sus promesas continúan y el Señor volverá por nosotros y seremos resucitados en un cuerpo inmortal. Pondera tus decisiones personales, la crianza de tus hijos, tu sustento diario, tu vida social, tu carácter, tus amistades; asegurándote que el Espíritu Santo te está guiando, para qué estés apto para guiar a otros.
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