domingo, 20 de marzo de 2016

Uno en Nosotros

Lectura: Juan 17:20-26

Pastora Belkis Fernández

El Señor reconoció que pronto lo dejarían solo. Los discípulos se dispersarían, pero el Padre celestial, no lo abandonaría. Ya él había obtenido la victoria sobre todo mal. Jesús entrega el proyecto de salvación y lo hace orando por El mismo, por sus discípulos, por los creyentes y por los que han de conocerles. Levantó sus ojos al cielo,  reconoció la autoridad y potestad que tiene  sobre toda carne,  reconoció que el dio a conocer al Padre, mediante su obra de amor aquí en la tierra, y le reporta “He acabado la obra que me diste”. A pesar que iba pronto a morir en la cruz, pide por todos los creyentes, para que seamos guardados, santificados y para que seamos uno, en Cristo.

¿Qué tipo de intercesión hace Jesús?
  • Ruega por los que van a creer por el testimonio 
  • Para que todos sean uno, así como el Padre y el Hijo, son uno
  • Jesús le dice: “Yo en ellos, y Tu en Mí, para que sean perfectos en unidad.
  • Pide al Padre con ternura, “ Que ellos estén donde yo esté”

Es gloriosa, la obra por amor, hecha por Jesús. Por fe mira el proyecto terminado, apela a la unidad como un indicador de amor sincero y como fruto de la manifestación de la gloria de Dios. ¿Puede el pecado trastornar esta petición? Jesús sabía la importancia que juega la unidad en su cuerpo y ruega para que seamos guardados del mal, de las divisiones,  y de todo tipo de pecado que trae como resultado el rompimiento de lo que es vivir en comunidad. Seamos cuidadoso, en no ser un instrumento de división, recuerda, “Yo en ellos y Tú en Mí”.


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