domingo, 6 de noviembre de 2016

El Señor y la Voluntad de Dios

Lectura:  Mateo 7:21-23
Pastor Pedro Julio Fernández

Una cosa es llamar Señor a Jesús y otra cosa es hacer su voluntad. Muchos están equivocados en declararse como cristianos, pero no hacen la voluntad de Dios sino la de ellos

Una cosa es llamar Señor a Jesús y otra cosa es hacer su voluntad. Muchos están equivocados en declararse como cristianos, pero no hacen la voluntad de Dios sino la de ellos. El profeta Isaías hace uso de un dicho popular de que el becerro conoce a su dueño y el asno el pesebre de su Señor, pero su pueblo no tiene conocimiento (Isaías 1:3).

La voluntad de Dios en el sermón del monte es que se haga su voluntad. Dios espera que el que oye su palabra la ponga en práctica como un estilo de obediencia. Los que practican la voluntad de Dios y están bajo su señorío son los primeros beneficiados, ya que cuando vengan los problemas, pruebas, aflicciones y tribulaciones su casa no se moverá porque está construida sobre la roca (Mateo 7:21-23).

Será penoso que gente que aquí en la tierra llamó a Jesús Señor sean descartados en el cielo porque no hicieron la voluntad de Dios. Saúl perdió el apoyo de Dios y también el reinado por no haber obedecido a Dios (1 Samuel 15)


¿Y por qué me llamáis: “Señor, Señor”, y no hacéis lo que yo digo?   Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las pone en práctica, os mostraré a quién es semejante:  es semejante a un hombre que al edificar una casa, cavó hondo y echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrente dio con fuerza contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida. Pero el que ha oído y no ha hecho nada, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin echar cimiento; y el torrente dio con fuerza contra ella y al instante se desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa (Lucas 6:46-49).


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