domingo, 16 de julio de 2017

El Poder de una Iglesia que Ora

Lectura: Hechos 12:1-11

Pastora Belkis Fernández 

La iglesia es el cuerpo de Cristo, es la sal que le da sentido y sazón a este mundo. La iglesia no es perfecta, no son las cuatro paredes del edificio; la iglesia se reúne para honrar a Dios y orar por todos los hombres de la tierra (1 Tim 2).

Las puertas del Hades no prevalecerán contra la iglesia de Jesucristo. La oración en comunidad toca el corazón de Dios. El Padre, El Hijo y el Espíritu Santo, trabajan en armonía; así la iglesia debe mantenerse unida en oración, como un solo cuerpo (Hechos 2).

En este caso de Hechos 12, Pedro no sabía lo que estaba pasando, mientras estaba preso dormía, pero la iglesia reunida en una casa oraba a Dios por él. El Señor envió un ángel y Pedro fue liberado de las dos cadenas que estaba atado, de los soldados que lo custodiaban y de la guardia de afuera; pero mientras esto ocurría la iglesia compuesta por hombres y mujeres seguía orando.

Las cadenas se cayeron, el portón de hierro se abrió solo, el Señor cegó a los guardianes y Pedro quedó liberado. Mientras Pedro estuvo preso, la iglesia oraba y de inmediato fue a contar el testimonio del milagro y todos quedaron sorprendidos. 

Hoy puede ocurrir lo mismo. Fortalezcamos la oración comunitaria, no le reste valor, aprecia el cuerpo de Cristo. La oración nos enseña a depender de Dios. Todo estorbo es quitado. Dios sigue enviando ángeles, aun cuando no entendemos lo que está pasando, continúa abriendo puertas y liberando. Enseña con el ejemplo, ven con tu familia a orar y aprender hacer solidarios con los demás.

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