domingo, 8 de junio de 2014

Vanidad de Vanidades - Eclesiastés 1:1-11

Pastora Belkis Fernández

¿Sería que Salomón se sentía frustrado al final de sus días y el mismo llega a concluir que la vida es transitoria?
No somos como el sol, no somos como la tierra, como el viento o como los ríos o el mar; los cuales obedecen, tienen una rutina y continúan haciendo su labor repetitiva. El ser humano es como un trozo de barro, hecho a la imagen de nuestro Creador, pero lleno de limitaciones y con una fecha de expiración.

El Comentario Bíblico Beacon define la palabra “vanidad” como vapor o aliento, la cual refleja lo transitorio que es la vida. Por más que nos afanemos en hacer las cosas bien, ser sabios e inteligentes, de una manera u otra todo es pasajero. El principio de la sabiduría es el temor de Dios y los que no son inteligentes desprecian esta enseñanza. (Prov. 1:7)

En Lucas 12:27 el mismo Jesús reflexionó en parte acerca de Salomón y nos advierte que ni aun Salomón pudo vestirse como los lirios del campo. Realmente nos afanamos tanto en esta vida que cuando vemos que muere un ser querido pisamos tierra y bajamos nuestros niveles de afán y de ansiedad.

Es importante reflexionar y reevaluar nuestro comportamiento considerando las palabras de Jesús al poner a  Salomón como ejemplo para que hoy nos desprendamos de muchísimas cosas que nos tienen atados en este mundo. No es entrar a una vagancia, pero sí es convertirnos en agentes de reconciliación y ser inversionistas para la vida eterna.


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