Lectura: Lucas 7:11-17
Pastora Belkis Fernández
Entrando Jesús a la ciudad de Nain, se encontró con un grupo de personas que acompañaban a una viuda a enterrar a su único hijo y Jesús miró el cortejo fúnebre y le dijo a la madre, no llores. Jesús observó el dolor y la tragedia de esta mujer y fue movido a misericordia.
Jesús se acercó al féretro y le dijo “Joven, levántate.” Los que llevaban el féretro se detuvieron y de inmediato Jesús hizo el milagro de resucitarlo. El joven se incorporó y comenzó a hablar; mientras que las personas estaban asustada al presenciar el milagro.
¿Qué enseñanza podemos extraer de este pasaje?
- No importa la magnitud del problema, Jesús puede cambiar la ruta de tus circunstancias desfavorables.
- Jesús observó la impotencia y el desafío que iba a enfrentar esta madre, sin su único hijo y sin esposo y le devolvió la tranquilidad, retornándoselo vivo.
- Jesús tiene un bálsamo especial para aliviar el sufrimiento humano y nos ayuda a manejar los momentos difíciles de nuestras vidas.
- Cuando le dijo “No llores”, estaba diciéndole a la madre de este joven, deja la pena, deja la tristeza, yo haré la obra.
- La intervención de Cristo, amerita una detención, los que llevaban el féretro se detuvieron, para dar paso al milagro de Cristo.
- En conclusión, no des por muerto a un familiar, deja que se encuentra con Jesús y el hará cambiar la ruta y abrirá las puertas para que se incorpore a su rutina, pero con un nuevo proyecto, el de servir a su Reino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario