sábado, 2 de febrero de 2019

Fieles para con Dios

Enero 6, 2019
Lectura: Isaías 58:4-8
Pastora Belkis Fernández

Seamos fieles para con Dios, traigamos las primicias de un corazón dispuesto y comprometido con el Altísimo. El Salmista decía, mis ojos pondré en los fieles de la tierra, no en apariencia o religiosidad. El profeta Isaías hace un clamor en alta voz y denuncia que el ayuno verdadero no es buscar sus propios gustos.

¿Para qué no es el ayuno? Para herir con el puño, para ser destacado y oído, para tradiciones, para acusar o hablar vanidad. El ayuno que agrada a Dios es soltar cargas de opresión y dejar libres a los quebrantados y compartir el pan, albergar en tu casa y no esconderte de tu hermano/a

Una expresión e interrogación que debemos tener en nuestros labios siempre es, ¿Dime, en qué te puedo ayudar?

Ante una correcta acción, Dios nos promete: 
  • Nacerá tu luz como el alba, tu salvación se dejará ver pronto
  • La gloria de Jehová será tu retaguardia
  • Jehová te pastoreará siempre y en las sequías saciará tu alma, darás vigor a tus huesos y serás como huerto de riego, como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan
  • Nuestra generación, edificarás las ruinas antiguas 
  • Serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas 
¿Cuál era el problema que tenía ese pueblo? Que, en el día del Señor, ellos hacían lo que les daba la gana, hacían su voluntad, tomaban sus propios caminos y hablaban sus propias palabras.

Dios no miente y él promete que, en nuestros problemas, por más alto que estén, él dispondrá su ayuda y somos parte de los que heredan las bendiciones, así como la heredó Jacob.

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