domingo, 10 de febrero de 2019

La Mano Poderosa de Dios

Lectura: Josué 4:20-24

Pastor Pedro Julio Fernández

Abrir el Mar Rojo y abrir el Rio Jordán son obras poderosas de Dios. Al momento de escribir el libro de Josué, o cuando lo narrado en Josué 4 ocurre, un pueblo grande hebreos se había levantado en desierto sin haber visto la apertura del Mar Rojo. Solo oían a los mayores hablar de ese gran milagro atribuido en su totalidad a la mano poderosa de Dios.

Este mismo grupo ahora es testigo de la apertura del rio Jordán y Dios manda a hacer monumento pensando en las generaciones siguientes para que sepan de lo que nuestro Dios es capaz con tal de llevan a cabo su propósito. Cuando los hijos (generaciones siguientes) pregunten cómo se cruzó ese rio: Porque el Señor vuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de vosotros hasta que pasasteis, tal como el Señor vuestro Dios había hecho al mar Rojo, el cual El secó delante de nosotros hasta que pasamos.

De igual manera el mismo pasaje afirma que todos los pueblos deben saber lo que Dios ha hecho, que la mano de Dios es poderosa y para que teman a Dios. Esa es la importancia de los monumentos en la vida de los creyentes.

Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad (tú) situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara (tú) y se pone debajo de un almud[d], sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

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